Sierra de las Nieves: un presente prometedor

En Clave Roja

El día de la provincia de Málaga es el 26 de abril. Es una fecha institucional. Ni es fiesta, ni afecta a la tarea diaria de los malagueños.  Si preguntamos a la gente, me atrevo a vaticinar que ni el 5% lo sabrá.  El 95% restante es la brecha que siente la ciudadanía con las instituciones y la que éstas son incapaces de cerrar.

Si hablamos de las diputaciones provinciales ese desapego alcanza máximos niveles en las grandes ciudades. No así en los pequeños municipios, que reconocen en calles e infraestructuras la labor de la institución.

Han pasado casi tres años y las palabras siguen ahí, porque los hechos no. Llegamos a las puertas de la declaración de la Sierra de las Nieves como Parque Nacional y la Diputación de Málaga solo ha tenido palabras.

Sin embargo, nuestra democracia local tiene sus hitos, necesarios porque sin ellos no encontramos asideros, y un 26 de abril de 1979 fue constituida la primera corporación provincial de la democracia reciente.

Se celebra desde 2004, desde la primera presidencia de Salvador Pendón, en un acto de alto boato que rueda por la provincia merced a un pacto político.

Medallas de Oro de la provincia de 2011. Los distinguidos fueron La Cónsula, La Goleta, Rocío Molina y Antonio de la Torre, junto a Salvador Pendón

Acertada decisión, porque con la vocación centralista de todo poder público, incluida la Diputación, mucho me temo que la celebración echaría raíces en la capital, para detrimento de la institución. Proclamaría su interés por la provincia y los pueblos desde una capital de más de medio millón de habitantes.

Los actos por el día de la provincia están empedrados de buenas intenciones. Discursos construidos a base de orgullo provincial, institucional y social. Después llega el momento de la verdad, de que las palabras se muten en hechos productivos para los pueblos.

Tienen tarea los presidentes de la Diputación, señores Salado y Bendodo, por delante. La política siempre por delante, es decir, en el futuro, en lo que habrá de venir como todos queremos. Pero de tanto pensar en el futuro se nos olvida el presente. 

El proyecto de la Diputación necesita de palabras, sin duda, por ser una institución que se reivindica cada vez que puede -con la consiguiente muestra de su debilidad- por pedagogía política y necesidad de pervivencia, pero sobre todo porque debemos recordarnos su verdadera función como administración asistente de los pueblos. En ese punto las palabras no sirven, pierden su poder pedagógico y terapéutico, y nos obligan.

En 2018, Yunquera nos recibe con un aire limpio y templado. La carpa está instalada en lo alto del pueblo. La corporación provincial -31 personas- y los medios de comunicación no caben en ninguna sala. Se celebra un pleno extraordinario por los actos del día de la provincia. Al día siguiente será la entrega de las medallas de oro en Monda.

Y nos inundan las palabras. Aprobado un manifiesto que ensalza los atractivos de la comarca de la Sierra de las Nieves, sus necesidades y su potencial cuando sea declarado el Parque Nacional, comienzan los discursos.

La oposición reivindicativa; el presidente por aquel entonces, Elías Bendodo, también. Sobre todo en materia sanitaria y de comunicaciones. No creía, aún sigue sin creerlo, que tendría que cumplir con esas reivindicaciones. La autocomplacencia recorre las líneas de su intervención y promete inversiones.

La Sierra de las Nieves, durante la borrasca Filomena

Han pasado casi tres años y las palabras siguen ahí, porque los hechos no. Llegamos a las puertas de la declaración de la Sierra de las Nieves como Parque Nacional y la Diputación de Málaga solo ha tenido palabras.

Ni ha cumplido con las del manifiesto, ni con el discurso presidencial y menos con los acuerdos de una moción socialista debatida un par de meses antes del acto de Yunquera, para que la Sierra de las Nieves tuviera su propio plan de inversiones, al igual que el Caminito del Rey. Ni existe un plan para convertir los atractivos naturales de la sierra, y el respeto a éstos, en una oportunidad turística, de manera equilibrada.

Elías Bendodo y Francisco Salado

Tienen tarea los presidentes de la Diputación, señores Salado y Bendodo, por delante. La política siempre por delante, es decir, en el futuro, en lo que habrá de venir como todos queremos. Pero de tanto pensar en el futuro se nos olvida el presente. 

Este presente, para la Sierra de las Nieves, es más que prometedor. Sí, hecho a base de promesas, pero a falta de realidades.

Luis Guerrero
Diputado Provincial del PSOE

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