Hace cien años

En este artículo no se pretende analizar los que algunos llaman el ‘desastre de Annual’, un episodio del ejército español lleno de dolor, heroicidades, deslealtades o ineficacias y deficiencias dentro de territorio africano. Para eso están los historiadores, que han sabido hacerlo convenientemente. El expediente Picasso da detalles de todo lo acontecido y el porqué.

El expediente Picasso recoge el denominado ‘Desastre de Annual’ (Foto: El Confidencial)

Solo se tratará en él, de relatar la valentía, el honor y el sacrificio demostrado por un grupo de hombres, en defensa de sus compañeros y de su bandera. Los últimos momentos de un regimiento de caballería español.

Aunque el universo nunca se detiene, hay veces que el tiempo se para, se frena para saludar a los héroes, para decirles que, aunque sean derrotados en la batalla, si su anhelo es vencer, serán glorificados. Hay veces que las derrotas son victorias si se ha salvado el honor y se ha defendido con valor la dignidad, el orgullo y la vergüenza de morir defendiendo lo que amaste. De vez en cuando el sacrificio de unos pocos, supone la salvación de otros muchos.

Al paso caballeros.

Al campamento de Dar Dríus siguen llegando supervivientes replegados de Annual y de otras posiciones, el sol pega fuerte y los pocos que llegan, lo hacen en un estado lamentable.

Columna del general Navarro

El general Navarro había cancelado su orden de repliegue sobre el Batel, si bien condicionó su permanencia en el campamento de Dar Dríus a la recepción de refuerzos, pues de lo contrario se vería obligado a retirarse en peores condiciones que las que se daban en aquel momento. La cancelación se pasó a los sargentos, que comenzaron a descargar los carros recientemente cargados. Sin embargo, los hechos de la mañana del 23 de julio forzarían al general Navarro a evacuar finalmente la posición.

Regimiento Alcántara

Ya en la mañana de ese 23 de julio de 1921, el regimiento Alcántara había tenido trabajo, un trabajo muy dificil, donde habían en juego muchas vidas. Contaba el teniente coronel Primo de Rivera con unos 380 hombres, ya que el resto del regimiento se hallaba disperso por otras posiciones. Tuvo que salir a proteger y defender la llegada de una columna de soldados procedentes de Cheif al oeste de Dar Dríus, se estima que la componían unos 300 soldados que venían perseguidos y acosados sin tregua por las tropas rifeñas.

Fernando Primo de Rivera

Con eficaces cargas, combatiendo al arma blanca y cuerpo a cuerpo diferentes veces, los de Alcántara lograron atravesar la línea enemiga, dar la vuelta en una hábil maniobra y atacar por detrás a los rifeños, a los que hicieron huir en desbandada, con ello consiguieron la continuación del avance y salvar la columna. Asimismo tuvieron que acudir a defender y dar cobertura a otras unidades procedentes de otras posiciones, entre ellas la de Carra y Midar, cuyos soldados lograron llegar a Dar Dríus, gracias a los diferentes escuadrones y secciones que Alcántara fue desplegando.

En estas acciones el regimiento perdió algunos de sus hombres, aunque no se sabe el número exacto. Días antes el Alcántara había protegido y defendido a otras columnas procedentes de Annual que se batían en retirada, donde también perdió unidades en el transcurso de sus batidas. Aunque agotados, su misión y su trabajo estaba siendo realizado con eficacia y honor, dando ejemplo, e intentando mitigar el pánico que se estaba produciendo en parte de las tropas españolas en repliegue.

Pérdida de integrantes del Regimiento Alcántara

La situación era dramática, a pesar de que algunos oficiales se mostraron partidarios de defender la posición de Dar Dríus, el general Navarro, que ya había enviado a alguna tropa de intendencia hacia el Batel, ordenó la evacuación general hacia ese emplazamiento, allí tenía la esperanza de alcanzar el tren, no pudo ser porque la vía férrea ya estaba en manos de los rifeños, por lo que el próximo objetivo fue intentar llegar hasta monte Arruit.

De nuevo, antes de producirse la evacuación general, y poco después de las acciones anteriores y a pesar del agotamiento, el regimiento Alcántara recibe de nuevo la orden de salir a defender y ayudar a los convoyes de camiones y ambulancias que estaban siendo atacados sin tregua por los rifeños en los alrededores del rio Igan, que acuchillaban rematando bárbaramente a sus ocupantes heridos en el camino hacia el Batel.

El espectáculo era dantesco, camiones ardiendo y muertos masacrados por el terreno. Alcántara es recibido bajo fuego de fusilería, el arrojo de los jinetes franqueo el camino a los heridos y evacuados hacia un destino lleno de incertidumbre, los sables brillaron de nuevo bajo el sol de África, las batidas de la caballería a la izquierda y derecha de aquel camino cruel, hicieron que muchos soldados aunque maltrechos, pudieran alcanzar la posición señalada. Otros muchos quedaron en aquel camino sangriento.

El regimiento recibió órdenes de ayudar a convoyes y ambulancia

Las bajas en el regimiento después de ésta incursión fueron abundantes, cumpliendo con su juramento, hicieron de nuevo su trabajo.

De nuevo y una vez que consiguieron llegar a el Batel, sin apenas tregua para el descanso, se recibe la orden de volver a Dríus, difícilmente se pudo recobrar el aliento.

El regimiento de cazadores Alcántara siempre estuvo donde tenía que estar, en la vanguardia o en la retaguardia, donde hiciera falta, donde se le ordenara. En aquel desastre de Annual fueron de los pocos que supieron estar organizados hasta el final, que mantuvieron el temple, a pesar de la fatiga, la ferocidad y las pérdidas humanas acaecidas en sus acometidas a pesar del caos en los alrededores, durante todas las acciones en las que intervinieron.  

Recogida de cadáveres en África. Libro ‘El vuelo de los buitres’ de Jorge Reverte

Al mediodía el grueso de la columna emprendió la salida de Dar Dríus en aparente buen orden, mientras las compañías del regimiento ‘San Fernando’ permanecían apostadas en el parapeto y protegían la salida, de forma que al finalizar la salida de la columna se incorporaron a la misma para convertirse en su retaguardia. El general Navarro recogió las posiciones de Haman y Uestia al paso de la columna por su altura, pero dejó a su suerte las posiciones de Dar Azugaj e Ichtiuen para que protegieran el flanco norte de su retirada. Al frente de la columna el regimiento de caballería.

Hasta llegar a el Batel había que atravesar un territorio abrupto y árido donde abundaban las alturas y los desfiladeros.

En el cruce del rio Igan, un cauce seco, por donde tenía que atravesar la columna para llegar a el Batel, las tropas rifeñas estaban apostadas en las lomas de alrededor, la columna estaba siendo fuertemente hostigada y la moral de los soldados que la componían se vino abajo, desorganizando la marcha y creando una desbandada, una huida hacia el lugar que más tarde supondría su aniquilación.

Para salvar aquella situación tan caótica, y para darles un soplo de vida, un soplo de esperanza a esos desvalidos, llego el sacrificio, la inmolación del regimiento, la ofrenda de vidas al servicio de lo que prometieron, de lo que juraron. Actuó por última vez  el regimiento Alcántara, después de todo un día de combate, el regimiento combatió hasta la última gota de sudor, de sangre, de coraje, combatió hasta la extenuación.

Se cumplen 100 años del Desastre de Annual (Foto: Libros y Lanzas)

Antes de las cargas su teniente coronel les arengo “Ha llegado la hora del sacrificio, que vuestras madres, hijas o hermanas no piensen nunca que fuisteis unos cobardes, que cada uno cumpla con su deber”.

Y así, una carga tras otra, Alcántara se enfrentó a su destino, un destino que ya conocían, no había marcha atrás. El enemigo encarado se defendía con ferocidad, pero Alcántara no cedía, lo había jurado, había en juego muchas cosas. Una y otra vez cargaron y la última sin ya apenas fuerzas, al paso o descabalgados de sus monturas siguieron combatiendo, todo estaba perdido, pero a cambio, quedo para siempre escrito y en la memoria, la grandeza de unos hombres que supieron dar sus vidas por los demás.

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