La Semana Grande ha consolidado el ‘modelo Flick’ como aspirante a todo en España y en Europa. En los tres encuentros (Sevilla, Bayern y Real Madrid) el FC Barcelona ha marcado 13 goles y ha encajado solo dos. Además, por encima de los números, sobresalen las sensaciones que ha irradiado un equipo basado en un cóctel casi perfecto entre veteranos y nuevos talentos de La Masía.
Especialmente llamativos son los triunfos ante el Bayern Munich, la bestia negra de los azulgrana en la última década, y la demostración en el Bernabéu que las remontadas épicas no valen ante los ‘chicos del coro’ barcelonista.

El MVP se lo conceden a quien marcan los goles. Lewandowsky estuvo estelar logrando los dos primeros tantos aunque fallara otros dos momentos después. Pero la irrupción de Marc Casadó es sencillamente impresionante. Defiende de una forma estelar, controla el juego y deja pases para el recuerdo. Con él y Bernal el Barça tiene mediocentros para una década sin salir al mercado externo de fichajes.
Lamine, el chico de 17 años, anota un gol descomunal y no responde a los insultos racistas de una parte de la grada del Bernabéu. Vinicius debería haber salido en su defensa, pero al brasileño le hace falta una formación personal que no han sabido darle en el Madrid.