Ha quedado confirmado como crimen machista la muerte ocurrida en Estepa y la Guardia Civil ha detenido en Orihuela a un joven de 17 años como presunto autor de un asesinato de una chica de 15 años, su expareja. Con estos precedentes han arrancado las manifestaciones del 25 de noviembre en toda España, en las que se ha podido leer y escuchar que ‘el miedo y la vergüenza deben cambiar de bando’, el lema de Gisèle Pelicot,
El ‘caso Pelicot’, la mujer violada por su marido y por decenas de hombres durante años, ha estado muy presente en las calles. En Barcelona, miles de personas se unieron al atardecer para denunciar que las violencias machistas no sean hechos aislados sino violencias estructurales que forman parte de un sistema opresor.
En Málaga, la manifestación unitaria convocada por la Plataforma Contra las Violencias Machistas desde la plaza de la Merced hasta la plaza de la Constitución ha reunido a unas 1.500 personas, según estima la Policía Nacional. Se han escuchado gritos de ‘Resistencia, resistencia’ por las principales calles del centro histórico en un ambiente alegre y reivindicativo, con mayoría de mujeres entre las personas asistentes.
El 25N de este año ha llegado en medio de otra ola de testimonios de acosos y violencia sexual. El caso Errejón ha propiciado otro repunte de críticas y además se han agitado la difusión de cientos de historias de mujeres que relatan violencias de distinta intensidad en sus familias, con sus parejas, en sus lugares de trabajo o en la calle.