La Junta de Andalucía ha decretado el cierre de una residencia privada, ubicada en la urbanización Cerrado de Calderón, por carecer de licencia de apertura pese a haber estado abierta desde hace más de diez años y no contar con las condiciones de habitabilidad e incumplir las condiciones higiénico-sanitarias.
El cierre se ha decretado a instancia de la inspección de los Servicios Sociales de la Delegación de Málaga y los ancianos que vivían en este centro privado y sin plazas concertadas con la Junta de Andalucía han sido reubicados.

Excrementos en algunas de las estancias, suelos hundidos, roturas de barandillas, colchones llenos de orinas y la solería de la ducha levantada son algunas de las escenas que se han encontrado los propietarios del inmueble, que tenían alquilado, al entrar en la finca y que hicieron que uno de ellos se desmayara en el jardín al comprobar que el mismo se había convertido en la ‘residencia de los horrores’.
Además de los cuantiosos daños causados, las inquilinas, que ya han alquilado otra finca en la localidad de Torremolinos para explotarla como residencia de ancianos, han dejado una deuda cercana a los 85.000 euros.