El último café

El emblemático Café Central cierra este domingo después de 101 años de historia. Su propietario, Rafael Prado, se jubila y un conflicto con la propiedad del inmueble, situado en la plaza de la Constitución, impide la continuidad del establecimiento.

La apertura del Café Central se establece alrededor de 1920 y se completó, en 1954, su espacio actual con la unión de tres cafés centenarios: el Café Suizo, ubicado en la esquina de la Plaza de la Constitución con Calle Santa María; el Café Múnich, en el Pasaje de Chinitas, y el Café Central, situado entre ambos, que era un bar estrecho con un salón al final.

Años atrás en la Plaza de la Constitución (antes Plaza Mayor) se situaba el famoso Café de La Loba, datado como uno de los más antiguos de la época.

En el año 1954, José Prado, propietario del café, inventó la peculiar forma de pedir el café en Málaga. Eran tiempos de posguerra y el café se convirtió en algo difícil de conseguir. La gente que pedía café no siempre quería un sólo, sino que le solicitaban añadirle leche o café cada uno a su gusto.

Pepe Prado, ante el mural que representa los tipos de café (Foto: Rafael Díaz-Agencia EFE)

José Prado con ayuda de sus clientes más fieles, ideó nueve denominaciones. Desde el café solo (100% café) hasta la nube (10% café y 90% leche). Sin embargo, cuando iba a hacer el cartel con dos filas se percató de que le faltaba uno, así que volvió a consultar a la clientela, encontrando la solución en uno de sus empleados que le dijo: «Menos que una nube, pues no se lo ponga«.

La lista completa de más a menos café:

  • Sólo: 100% café – 0% leche.
  • Largo: 90% café – 10% leche.
  • Semi Largo: 80% café – 20% leche.
  • Sólo Corto: 70% café – 0% leche.
  • Mitad: 50% café – 50% leche.
  • Entre Corto: 40% café – 60% leche.
  • Corto: 30% – 70% leche.
  • Sombra: 20% café – 80% leche.
  • Nube: 10% café – 90% leche.
  • No me lo ponga: 0% café – 0% leche.
Barra del Café Central

El resultado es que este método de pedir el café en Málaga se extendió por toda la ciudad, incluso la provincia, de manera que se unificaron todas las formas posibles. Y, lo mejor, es que esto se ha mantenido hasta la actualidad, sin ningún cambio.

Terraza del Café Central en su último día de apertura

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