Mayoría absoluta holgada, vencedor en las ocho provincias andaluzas, vencedor en lugares expugnables del cinturón sevillano, vencedor en la mayoría de los municipios andaluces, en muchos con más del 50% de los votos. Sencillamente increíble.
Hoy escuchaba en la radio al presidente reelecto Juanma Moreno que le pidió a Narciso Michavila —director de GAD3— que por favor no sacara la última encuesta que le daba entre 58 y 61 escaños, porque era elevar unas expectativas que ni él mismo se creía. Pero Michavila cumplió profesionalmente y lo publicó. Y volvió a ser el que mejor clavó el resultado. Porque además daba 15 a Vox, lejos de esas autoexpectativas creadas por Santiago Abascal de 26 escaños.
Ha triunfado la humildad de Juanma, frente a la soberbia de Macarena Olona. Cuando en el debate la candidata de Vox le preguntaba si él estaría dispuesto a ser su vicepresidente, hizo bien en no contestar el hombre sereno. Las tonterías se comentan solo en las tascas, no se responden en un plató de televisión.
Juanma, con una política liberal en lo económico, pero conservador en lo familiar, y con una sensibilidad social que si no le acerca a la socialdemocracia, al menos provoca que los socialdemócratas se acerquen a él. Ha conseguido anular en dos años el miedo a la ‘derechona’, tan metido en Andalucía desde los tiempos de Alfonso Guerra.
En varios artículos he mantenido la necesidad de un partido que contentase a ese especio electoral entre un Vox cada vez más en la ultraderecha —trayendo a Marbella a los herederos ideológicos de Mussolini— y un PSOE cada vez más a la izquierda, porque el PP y Ciudadanos estaban desdibujados ideológicamente. En Andalucía no es necesario. Juanma representa esa transversalidad de la que hablaba.
Juanma ha sabido vencer a la izquierda y a la ultraderecha sin caer en una práctica común de la derecha en Europa —y en ciertos lugares de España— de imitar a la ultraderecha.
El PP ha planteado muy bien la campaña. Entre otras cosas, dejando al partido y los líderes de fuera de Andalucía en un segundo plano porque aquí el valor es Juanma.
También es verdad que el resto de los partidos le han ayudado en la campaña. Vox mostrándose beligerante con el PP, hasta enseñando libros ‘promiscuos’ que en realidad no dependían de la Junta; Ciudadanos sacando pecho del gobierno común pero sin saber reclamar el papel que jugó en ese gobierno; y la izquierda metiendo miedo con la ultraderecha.
Ha sido tal la insistencia de todas las izquierdas en que Juanma —el hombre moderado del PP— llegaría a formar un gobierno con la ultraderecha, que muchos de centro izquierda han votado al único que podía evitar que la extrema derecha entrase en el gobierno.
