A unos 27.000 años luz de distancia, en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, existe un agujero negro de nombre Sagitario A, cuya masa es cuatro millones de veces la del Sol, tiene un anillo en torno a los 60 millones de kilómetros de diámetro. Al parecer, es un agujero negro tranquilo, engulle plácidamente materia a ritmo lento, en principio, nada preocupante.
Me preocupan más las reacciones de algunos y más aún de algunas salid@s casualmente como todos de otro tipo de agujero, el cual está de actualidad por la nueva ley del Gobierno que permite darse de baja hasta tres días por menstruaciones dolorosas.
Los que se echan las manos a la cabeza- muchos de ellos- son los que con 37,5 de fibre se pegan dos días en la cama o alargan una lumbalgia para cogerse un puente laboral.
Ell@s desconocen la tortura y el sufrimiento mensual que algunas mujeres padecen con sus reglas, calambres, cólicos, dolor de espalda baja e incluso vómitos. Les preocupa que muchas se aprovechen ( que las habrá) y suponga un coste elevado e insostenible para las arcas del Estado. Riesgos de vivir en sociedad, se crean leyes para convivir y algunos se las saltan o se aprovechan de ellas. Una más de tantas.
Recuerdo que mi primera novia cada vez que le venía el periodo dejaba por los dolores de currar ( y de cobrar) en la discoteca donde trabajamos los dos. Quizás eso, no cobrar, les parecería más justo a esos reaccionarios que ponen el grito en el cielo cada vez que a las mujeres se les intenta reconocer y dar sus derechos. Me parece que nuestra ruina (económica) nos llega de otro tipo de agujeros que nunca se tapan o vuelven a abrirse cada poco tiempo.
Si el ser humano no lo consigue antes, la vida como tal se terminará en unos 5.000 millones de años por el apagón solar. Cabe una pequeñísima y remota posibilidad de que seamos engullidos por Sagitario A. Sería toda una ironía, llegamos por un agujero y nos vamos por otro negro.
