La historia de Antonio es un verdadero ejemplo de sobrevivencia y de coraje ante la adversidad. Ingresó en el Hospital Clínico el pasado 25 de marzo, justo cuando la pandemia se manifestaba en toda su crudeza. Una ambulancia le llevó a Urgencias tras sufrir dificultad respiratoria, fiebre y otros claros síntomas de coronavirus, que se unieron a la diabetes y a la hipertensión.
«Se han desvivido por mi padre, para mí son como dioses», expresa Cristina, la hija de Antonio
Antonio inició un verdadero calvario de pruebas que pudo superar, según ha expresado su hija Cristina, gracias a un personal sanitario excelente: «Se han desvivido por mi padre, para mí son como dioses».
Salió adelante tras una etapa de adversidad en el Clínico, pasando por UCI y la Unidad de Recuperación. Cinco meses después fue trasladado al Hospital Marítimo de Torremolinos. Su salida parecía cercana, pero el relato médico comenzó de nuevo a complicarse.
Retorno al Clínico, consumo prolongado de días y permanencia en centros hospitalarios que se alargaba. Antonio volvió de nuevo al Marítimo mientras esperaba una evolución positiva.
Por fin este viernes, Antonio y su familia han cogido el camino deseado: el del retorno a su vivienda de la Carretera de Cádiz. Casi no se le cree, pero, como expresan en su entorno, «le ha ganado el partido al bicho». Ha sido un partido largo y con demasiadas prórrogas, pero 325 días después ya se encuentra disfrutando de esa vuelta a casa tan deseada durante meses.