El Málaga se ha despedido del fútbol profesional con una bronca monumental en La Rosaleda y altercados en el exterior del estadio, donde la Policía ha cargado contra un grupo de aficionados que ha hecho barricadas con contenedores.
En un partido intrascendente tanto para los locales como para su rival la atención ha estado en la grada, donde el sector de animación vacío como protesta el campo por una nefasta temporada hasta el minuto 25 de un partido que ha acabado en un empate.
La afición ha vuelto a pedir la dimisión del administrados judicial del club, José María Muñoz, y ha despedido con protestas al grueso de la plantilla, que dejará la entidad.
Varios centenares de aficionados al concluir el choque han amagado desde el sector de la grada de animación con invadir el campo si no salía la plantilla. La seguridad privada lo ha impedido, si bien en el exterior del estadio un amplio despliegue policial no ha podido impedir algunos disturbios y ha acabado interviniendo con cargas.
