Este verano vamos de campamento

El pasado año, la pandemia dejó a miles de niños y niñas de toda la provincia de Málaga sin campamentos de verano ni viajes de fin de curso. La mayoría de las empresas dedicadas al ocio infantil, que año tras año acogen a unos 30.000 alumnos malagueños, se vieron obligadas a suspender su actividad a causa de las estrictas restricciones sanitarias. El veterano Campus de Unicaja de Sabinillas fue de los primeros en anunciar su cancelación. Y lo mismo ocurrió con la mayoría de los campamentos urbanos que iban a realizarse en los centros escolares.

Ante tal situación, más de 500 de empresas de multiaventura de toda España se unieron para formar el Colectivo Nacional de Campamentos de Verano, plataforma que mantuvo conversaciones con el Gobierno para buscar soluciones al sector. Estos contactos se materializaron con un protocolo higiénico sanitario y un plan de actuación que posibilitó que algunas, muy pocas, actividades al aire libre pudieran realizarse. “Entre junio y julio pasado tuvimos más de 500 escolares en nuestros campamentos de verano y no se produjo ningún contagio”, destaca Mónica Yustos, responsable de TravelAventura, empresa malagueña especializada en viajes escolares y campamentos de verano. También pudieron abrir sus puertas Molino de Madaura (Archidona) o Indian Sport (El Chorro), dedicadas a ofrecer experiencias en la Naturaleza y actividades acuáticas.

Las previsiones de cara a este verano son mucho mejores para estas empresas. Como ya se ha demostrado durante el presente curso escolar, que los niños se reúnan diariamente en las aulas no ha llevado consigo una mayor propagación del virus. Todos los estudios realizados, además, apuntan hacia la poca incidencia de contagios entre la población infantil. “Seguiremos teniendo en cuenta todas las precauciones del año pasado: mascarillas, lavado de manos, control de temperatura, dispensadores de gel hidroalcohólico, desinfección del material y las instalaciones… No vamos a bajar la guardia respecto a la higiene y la seguridad, aunque la situación haya mejorado”, explica Yustos. Este verano, la mayoría del sector malagueño del ocio infantil retomará sus campamentos –muchas de estas empresas ya han abierto el plazo de inscripción–, aunque los de Unicaja, sin embargo, se mantienen suspendidos.

Los más pequeños de la casa ya cuentan los días que faltan para volver a vivir las inolvidables experiencias que siempre ofrecen los campamentos. Una vía de escape que, por otra parte, resulta en ocasiones fundamental para los padres. Los campamentos de verano sirven en muchos casos como única opción viable para conciliar la vida profesional y personal de las familias con niños durante los meses de vacaciones.

Beneficios físicos y psicológicos

Además de la conciliación, disfrutar de un campamento aporta numerosos beneficios físicos y psicológicos a los niños y niñas. Tras un curso escolar marcado por la presencia del Covid, ahora les toca desconectar y realizar otras actividades, como senderismo, pasear a caballo o jugar en la piscina. Al realizarse en mitad de la Naturaleza, la mayoría de los programas de los campamentos están destinados a profundizar tanto en el conocimiento como en el respecto al medio ambiente.

Pasar varios días fuera de casa, lejos de los cuidados de los padres, suele ser un reto para muchos, aunque resulta una excelente fórmula para potenciar la independencia de los menores. El fomento del compañerismo, la solidaridad o la responsabilidad son otros de los aspectos que se refuerzan en estos campus. Por último, las acampadas presentan numerosos retos a los niños, como escalar, hacer manualidades en equipo o aprender a orientarte en mitad del campo, por lo que el aprendizaje de habilidades es, según los psicólogos y pedagogos, otro de sus beneficios.

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