De Ojeda a Ojeda

Jassy Ojeda inicia su carrera como cantante y compositor y sorprende a su padre cuando le realizaban un homenaje en el programa cultural LUNARES de la Fundación El Pimpi.

Javier es uno de los artistas más reconocidos entre la cultura malagueña. Su Danza Invisible marcó trayectoria profesional, y es que ¿quién no sabe tatarear ‘Sabor de amor’? El cantante malagueño fue entrevistado por la actriz Cristina Morales (La Nieta del dulcero) en un acto que tuvo lugar en la Bodega El Pimpi y que pretendió ser un homenaje a toda la trayectoria de Ojeda y donde, además, se contó con la actuación del grupo Vintage Experience.

Durante un buen rato, el cantante de Danza Invisible fue contando anécdotas de su vida reconociendo que lo suyo con la música fue producto de un instante en el que alguien le escuchó cantar un poco y le propuso ser el cantante de un pequeño grupo de los años 80 en Málaga llamado Danza Invisible.

Ojeda declaró abiertamente que su primer concierto fue ‘bastante malo’. Se declara autodidacta, quizás por eso, al principio, después de cada concierto se quedaba afónico. Poco a poco aprendió a cuidar su voz y ahora asegura que podría cantar varios conciertos seguidos y su voz no se vería perjudicada.

En la charla, y gracias a las preguntas de Cristina Morales, Javier fue descubriendo más anécdotas de su vida y reflexiones como que “la música es un ser superior y yo sin música no soy nada. Un músico lo es para toda la vida”

Unos minutos antes de llegar al final de la charla, Javier fue sorprendido cuando entraban en escena, su hijo Jassy Ojeda con su compañero Rafa M.F. e interpretaban el primer tema con el que se están dando a conocer, la canción ‘Ya no estaré’ compuesta por ellos mismos y con un ritmo muy pegadizo. Jassy, de tan solo 17 años, tiene muy claro que quiere seguir los pasos de su padre. Javier compartió con todos los presentes lo orgulloso que está de su hijo y no paraba de tararear la canción durante la actuación del dúo. Se atrevió incluso a darle algunos consejos, primero reflexionó sobre lo complicado que lo tiene “si yo lo tuve difícil en mi época, más difícil lo tienes ahora”, pero hay algo que les salva, y es que la gente necesita la música para vivir, por tanto “la gente nos necesita a nosotros” los músicos.

Entrañable encuentro donde también estuvieron el resto de familiares y un nutrido número de malagueños acudieron una vez más a la llamada de la Fundación El Pimpi y sus actividades culturales bajo el nombre de LUNARES y patrocinada por (Cerveza Victoria, Málaga Virgen y Bodega El Pimpi).

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