El Málaga CF reconoce la aportación de uno de sus grandes entrenadores y el banquillo local de La Rosaleda tendrá el nombre de Joaquín Peiró.
Hace un año falleció una figura determinante en la historia del club malaguista. Joaquín Peiró fue una leyenda como jugador y se vinculó a Málaga como entrenador en la temporada 98/99.
El equipo ascendió a Segunda División con Ismael Díaz. El entonces presidente, Fernando Puche, confió en Peiró, que contaba con una amplia trayectoria y estaba avalado por una excelente campaña en Badajoz.
Peiró devolvió a la élite al Málaga CF con un equipo que encandiló por su fútbol vistoso a la afición y logró el regreso a Primera División.
El Málaga, dirigido por Peiró, en el verano de 2002 participó por primera vez en una competición europea. Conquistó la Copa Intertoto que le dio paso para disputar la UEFA.
Joaquín Peiró, como entrenador, supuso el inicio de una carrera exitosa del club de La Rosaleda, que después con una mayor inversión económica – el principio de la época del jeque Al-Thani-, continuaría Manuel Pellegrini con la histórica temporada en la Liga de Campeones.
Su perfil de hombre tranquilo, que dominaba con calma las situaciones, dejó una impronta imborrable en esa etapa futbolística fin siglo XX e inicio del XXI en el banquillo de La Rosaleda.
