Manuel García, director de Foster Swiss (Fotos: Lorenzo Carnero).

El CEO más influyente habla español

  • Manuel García es el director de Foster Swiss, empresa que presta servicio en 165 países de los cinco continentes.

Manuel García conoce de primera mano la realidad internacional como director de la consultora Foster Swiss que presta servicio en 165 países de los cinco continentes. La firma trabaja para muchas empresas del IBEX en el establecimiento de sociedades en sus grupos holding y grandes compañías tecnológicas.

La web www.fosterswiss.com recibió más de un millón de visitas el pasado año y su apuesta por el acercamiento digital a los clientes está revolucionando la consultoría internacional. Nadie mejor que él para saber de primera mano el estado del comercio internacional y la banca en la época COVID.

Actualmente dirige una compañía presente en todo el mundo con más de  140 empleados y con planes de expansión, una sociedad que trabaja 24&7 en cuatro idiomas. Y que gestiona una de las redes de despachos jurídicos internacionales contando con 200 afiliados en toda América y resto del mundo.

FORMACIÓN E  IMPLANTACIÓN DE NEGOCIOS

Manuel García, doctorado en Derecho Mercantil y con 22 años de experiencia empresarial internacional, ha colaborado en la formación de más de 20.000 compañías en todo el mundo. Se ha convertido en uno de los CEOs más jóvenes e influyentes en servicios jurídicos y bancarios para grandes compañías y personalidades de alto nivel.

Las presiones internacionales sobre países con tradición bancaria, como Suiza, Andorra, España, Francia, por parte del que es de facto el único regulador internacional, Estados Unidos, han originado una convulsión sin precedentes» (Manuel García)

Su carrera se ha desarrollado en los cinco continentes, centrada en banca internacional y establecimiento de negocios en diferentes países. Ha colaborado en la creación de numerosos neobancos.”El comercio internacional es la parte más operativa de las empresas, tanto en economía física como digital. Hemos implantado negocios en cinco continentes y los clientes proceden de todo el mundo”, declara Manuel García.

EXPANSIÓN DE FOSTER SWISS

“La época covid ha traído un enrarecimiento del negocio internacional y un cambio de ciclo alimentado por las constantes regulaciones y presiones internacionales. Sin duda, las compañías multinacionales están obligadas a buscar, en constante cambio, los marcos legales y jurídicos más adaptados a sus intereses. La banca internacional, a su vez, está sufriendo unas constricciones regulatorias que hacen muy difícil que las empresas puedan gestionar su ‘cash flow’ de un modo acorde a las necesidades lógicas de su negocio”, añade el CEO de Foster Swiss.

“Nuestra firma resuelve la implantación de sus negocios en 165 países de una manera fácil y cómoda, permitiendo que los clientes externalicen la creación de sus estructuras jurídicas y necesidades bancarias-operativas”. 

EL ANNUS HORRIBILIS DE LA BANCA INTERNACIONAL

Con Manuel García analizamos la realidad de las empresas a nivel internacional  y la resolución de los problemas bancarios. “Los cambios regulatorios en banca internacional y la nueva ley de blanqueo de capitales están haciendo muy tedioso, caro y costoso para los bancos los procesos de KYC, demorando las aperturas bancarias y en muchos casos denegándolas a clientes de mediano tamaño. Esta situación también está provocando el bloqueo de muchas de las cuentas que nuestros clientes necesitan para operar en el día a día”

El escenario base prevé una fuerte recuperación económica el próximo año.  La banca estará bajo presión, pero resistirá sin que se vean reducidas sus calificaciones crediticias. Si la economía empeora o la crisis se prolonga entonces podemos esperar un cambio radical para mal en las calificaciones de la banca».

Según el CEO de Foster Swiss, “las presiones internacionales sobre países con tradición bancaria, como Suiza, Andorra, España, Francia,  por parte del que es de facto el único regulador internacional, Estados Unidos, han originado una convulsión sin precedentes en estos  países que se han visto obligados a observar impávidos salidas de capitales que han puesto en un brete su situación”. ”Por otra parte, la escasa bancarización de muchas zonas geográficas se ha agudizado, tenemos continentes enteros como África con estructuras bancarias casi tribales, complicando el negocio local e internacional de nuestros clientes. Sólo un dato aproximadamente un 80% de la población mundial no cuenta con servicios bancarios”, indica Manuel García.

 Para el CEO, la crisis del covid se prolonga: “Esta es la primera gran amenaza. El escenario base prevé que haya una vacuna ampliamente disponible desde mediados de 2021 y una fuerte recuperación económica el próximo año.  La banca estará bajo presión, pero resistirá sin que se vean reducidas sus calificaciones crediticias. Si la economía empeora o la crisis se prolonga entonces podemos esperar un cambio radical para mal en las calificaciones de la banca».

AYUDAS A SECTORES DAÑADOS POR LA CRISIS

“Los gobiernos han respondido a la crisis con grandes dosis de ayudas y avales que están salvando a millones de personas y empresas. Sin embargo, las autoridades públicas deben hacer frente a un delicado acto de equilibrio. Las medidas que benefician a los bancos a corto plazo podrían contribuir a un exceso de deuda corporativa y de los hogares que no se puede financiar en épocas normales. Es probable que los bancos se enfrenten a años de menor rentabilidad debido a la contracción de los márgenes de interés en un entorno de tipos de interés ‘ultrabajos’, aunque no es nuestro escenario base, cualquier interrupción importante en los mercados de financiación o derivados agravaría la adversidad para los bancos», explica Manuel García.

Las repercusiones de la crisis del coronavirus están provocando más endeudamiento y mayor riesgo de insolvencias: «Este aumento planteará riesgos importantes a los bancos. Además, algunas empresas pueden verse perjudicadas en un mundo pospandémico debido a cambios estructurales en el comportamiento del consumidor. Muchas sociedades  tendrán que ajustar sustancialmente sus modelos de negocio en el nuevo entorno empresarial. Esperamos que la deuda corporativa global aumente a un promedio del 103% del PIB en 2020 (del 89% en 2019) y la deuda pública al 97% del PIB (del 82% en 2019)».

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