Boda de los marqueses de Urquijo el 12 de diciembre de 1954 (Foto: El Correo)

Crimen de los marqueses de Urquijo

No hay crimen perfecto, sino investigacion incompleta

El crimen de los marqueses de Urquijo, ocurrido el 1 de agosto de 1980, fue un caso plagado de incógnitas aún sin resolver. Este doble crimen fue muy llamativo y fuertemente recogido por los medios, porque estos asesinatos, en aquella recién estrenada democracia en España, contenían todos los componentes y personajes necesarios para escribir el mejor de los thrillers:

– La mala relación de los hijos de los marqueses con sus padres.

-Los extraños movimientos del turbio administrador del marqués.

-La chica de servicio que aquella noche durmió en la casa y no escuchó nada.

Boly, el caniche de la familia, un perro muy inquieto que, casualmente, aquella noche no ladró.

Vicente, el mayordomo que se recorrió todos los platós hablando sobre el mal ambiente que había en Somosaguas.

– El hecho de que el crimen fuera el 1 de agosto cuando en las redacciones escasean los temas, hicieron el resto.


Portada del diario ABC del 2 de agosto de 1980

Lo ocurrido esa noche en la mansión de los marqueses de Urquijo, en palabras del juez, fue que el yerno de los marqueses, Rafi Escobedo, «por sí solo o en unión de otros» accedió al interior del chalet haciendo un agujero en el cristal del ventanal de la piscina. Con un soplete hizo un boquete en la puerta que daba acceso a la casa, metió el brazo y accionó la manivela por dentro.

Subió hasta los dormitorios, entró en la habitación del marqués, se acercó hasta oírle respirar y le mató de un solo disparo. Tal y como Escobedo confesó a la policía, «lo de la marquesa fue un accidente». Dormía en una pequeña cama en el vestidor de la habitación y cuando él salió del dormitorio tropezó con la moqueta e involuntariamente, disparó contra un mueble.

La marquesa despertó, se incorporó y preguntó «¿quién anda ahí». Le había descubierto. Rafi se acercó y le disparó dos veces. Rafi fue el único condenado como autor del asesinato de los Urquijo. Los inspectores que llevaron el caso nunca creyeron que su motivo fuera únicamente pasional, ya que meses antes del crimen, Myriam, la hija de los marqueses le había dejado.

Myriam de la Sierra y Rafi Escobedo

Rafi culpó al marqués de su separación porque nunca aprobó que su hija se hubiera casado con él. Por lo tanto, Rafi parecía cumplir todos los requisitos para ser el asesino. Le detuvieron en la finca de su familia tras encontrar allí 200 casquillos de bala que coincidían con los hallados en la escena del crimen. Rafi se declaró culpable. Pero desde ese día hasta el final de su vida aseguró, que estaba allí esa noche pero que él no apretó el gatillo. Una afirmación que confirmaron los médicos forenses afirmando que la persona que accionó el arma era un profesional con mucha sangre fría y acostumbrado a matar.

Los psicólogos y psiquiatras que examinaron a Rafi certificaron lo mismo en el juicio: que Escobedo era «incapaz de matar a una mosca». Tras la sentencia condenando a 53 años a Escobedo hubo otras circunstancias que abrieron nuevas incógnitas. Dos meses después de conocer la sentencia firme contra Escobedo, el caso Urquijo dio un giro inesperado. Una revista colocó en el disparadero a Mauricio López-Roberts, V marqués de la Torrehermosa, al publicar que él −muy amigo de Rafi y un apasionado de la caza y que, por tanto, sabía disparar− encargó días antes del crimen un silenciador para un arma en un taller de Lavapiés.

Mauricio López-Roberts (La Razón)

López-Roberts explicó que esa pieza era para un rifle de caza. Además se pudo comprobar su coartada para la noche de autos. Él declaró todo lo que Rafi le contó sobre los asesinatos. «Lo digo ahora porque quiero que se haga justicia», afirmó, al tiempo que aseguró que su amigo era inocente y estaba ‘pagando el pato’ por otros. López-Roberts aseguró a los inspectores que aquella noche, después de cenar, Rafi llegó a Somosaguas en compañía de su amigo Javier Anastasio quien le dejó en la puerta y se fue.

Javier Anastasio, supuesto coautor del crimen de los marqueses de Urguijo (La Voz de Asturias)

Dos días después, Rafi le pidió a Anastasio que se deshiciera de una bolsa donde había una pistola. Javier la tiró al pantano de San Juan. López Roberts declaró que Rafi le dijo que, al menos, en el crimen participaron cinco personas. El bombazo informativo de López-Roberts supuso la apertura de un segundo sumario del caso Urquijo, donde se procesó a Anastasio como presunto coautor de los crímenes.

En diciembre de 1987, tras cumplir el máximo de prisión provisional, Anastasio salió en libertad a la espera de juicio, le devolvieron el pasaporte y se fugó a Brasil, donde no había tratado de extradición. Siempre defendió su inocencia y, además, dijo en varias ocasiones que aquella noche acercó a Rafi a Somosaguas porque él había quedado allí con Juan de la Sierra, el hijo de los marqueses.

En 1990, López-Roberts fue condenado a diez años de cárcel por considerar que cometió delito, al no contar a la policía lo que sabía desde el principio y por prestarle a Javier 25.000 pesetas cuando detuvieron a Rafi en 1981. 40 años después, al doble homicidio de los Urquijo se le podría considerar como ‘el crimen perfecto’, en la medida en que los otros autores materiales e inductores no fueron juzgados.

 

Rafi Escobedo en la celda de El Dueso en Santoña (El Español)

¿Por qué Rafi se involucró en un crimen que no cometió?, ¿a quién protegió?, ¿qué le prometieron a cambio de cargar con dos muertos?. El 27 de julio de 1988, derrotado al ver que el caso Urquijo no se había investigado lo suficiente y que nadie creía en su inocencia, deprimido al ver que aquellos que le prometieron que en un año saldría de prisión le habían abandonado, el cuerpo sin vida de Rafi apareció colgado en su celda de El Dueso, en Santoña (Cantabria). Regaló a sus compañeros su ropa y sus pájaros, pero no reveló la verdad. Se llevó a la tumba el secreto de quién estuvo detrás del crimen, aunque siempre se creyó, que no contó la verdad por amor.

Con tantos protagonistas implicados vamos a describirlos y resumir sus roles en esta trama.Empezaremos por las víctimas: María Lourdes de Urquijo y Morenés y Manuel de la Sierra y Torres. Los marqueses tenían dos hijos, que, al parecer, no estaban esa noche en la casa de sus padres. .Juan y Miriam de la Sierra y Urquijo eran los hijos de los marqueses que quedaron destrozados tras el asesinato de sus padres. En aquel momento, Miriam, la mayor de los dos, acababa de separarse de Rafael Escobedo, el asesino de los marqueses y ya no vivía con sus padres. Juan estaba en viaje de negocios en Londres.

Rafael Escobedo Alday, ‘Rafi’, era el yerno de los marqueses y culpaba a su suegro, Manuel, de la ruptura de su matrimonio con Miriam. Acusado del asesinato entró en el penal de El Dueso, donde se quitó la vida o fue asesinado, una de las incógnitas de este caso. Hubo otro acusado que no llegó a ser juzgado y que se fugó a América: Javier Anastasio de Espona, que era amigo de Rafi Escobedo y supuesto cómplice del asesinato. Entró en prisión provisional a la espera de su juicio. Una vez le concedieron la libertad, escapó de España hasta que el crimen quedó prescrito.

Diego Martínez Herrera, administrador de los Urquijo

Sobre el administrador del marqués hubo comentarios a propósito de sus decisiones tras los crímenes. Diego Martínez Herrera era el administrador de los Urquijo y como tal llevaba las cuentas de la familia. Parecía ser que estuvo implicado en el asesinato, pero no pudo probarse. También se ocuparon los investigadores de otros sospechosos: Miguel Escobedo, que era el padre de Rafi Escobedo, ya que era especialista en armas y propietario de la pistola con la que se cometió el crimen y de Mauricio López Roberts y Melgar, marqués de Torrehermosa, el cual como hemos dicho, estuvo en prisión por su supuesta colaboración con Escobedo y con Javier Anastasio al que ayudó a escapar de España al entregarle dinero para su huida.

Vicente Díaz Romero era el mayordomo de los marqueses. Llevaba siete meses trabajando para ellos cuando sucedieron los hechos. Gracias a él se pudieron conocer muchos detalles sobre las relaciones familiares de los marqueses. Hubo personajes conocidos que se relacionaron con Rafi Escobedo cuando estuvo en la cárcel.

Jesús Quintero, el periodista, entrevistó a Rafi en la cárcel semanas antes de morir. Además, fue quien localizó a Javier Anastasio en Brasil tras su huida de España. Jimmy Giménez Arnau escribió un libro junto a Mauricio López Roberts y Melgar, titulado ‘Las malas compañías’. Ambos tuvieron que indemnizar a la familia de los marqueses tras su publicación por los daños morales que causaron. Matías Antolín, el periodista, era amigo de Rafael Escobedo. Trató de esclarecer los hechos.

Jesús Quintero entrevista a Rafi Escobedo

Marcos García Montes, el abogado de Rafi, sigue luchando por reabrir la causa, que prescribió en 2001, para conocer quién asesinó a los marqueses y qué fue lo que pasó realmente con su cliente y amigo. Marcos cree que Rafael fue asesinado antes de ahorcarse con el cianuro que encontraron que supuso la apertura de un segundo sumario del caso Urquijo, donde se procesó a Anastasio como presunto coautor de los crímenes. En diciembre de 1987, tras cumplir el máximo de prisión provisional, Anastasio salió en libertad a la espera de juicio, le devolvieron el pasaporte y se fugó a Brasil, donde no había tratado de extradición. Siempre defendió su inocencia y, además, dijo en varias ocasiones que aquella noche acercó a Rafi a Somosaguas porque él había quedado allí con Juan de la Sierra. 

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

0 £0.00