Maldiciones y esperanzas

En Málaga nos hemos acostumbrado a vivir en la distancia el fútbol de élite. La experiencia Champions del Málaga data de hace casi una década cuando en la histórica noche de Dortmund el Borussia remontó un partido en tiempo de prolongación. Por cierto, en aquella alineación del equipo germano figuraba un tal Robert Lewandowski, que ahora forma parte del FC Barcelona.

De aquella noche alemana a la realidad malaguista de octubre 2022 se ha vivido un largo trayecto marcado por el declive la era Al-Thani y la posterior llegada del administrador José María Muñoz, que ejerce de presidente y cuenta con un balance decepcionante en resultados deportivos.

Pepe Mel intenta ahora desde el banquillo escribir relatos ilusionantes para el futuro del Málaga CF. La primera alegría ha llegado este domingo con el final de esa maldición de 11 meses en La Rosaleda. El triunfo sobre el Lugo (3-2) hace que el equipo malaguista abandone el ‘farolillo rojo’ de Segunda, cuando quedan 31 jornadas – 93 puntos – para el término de la competición.

La afición malaguista es una de las más fieles de España y se engancha a cualquier motivo esperanzador para soñar con el deseado retorno a Primera, esa categoría que por ciudad-provincia y currículum le corresponde. Mientras, se conforma con clásicos a distancia y noches de balones de oro. Quizás a La Rosaleda debería llegar un presidente de verdad, un mánager general y probablemente un director deportivo.

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