El halloween del calamar penitente

‘No me toques los vinilos’

El finde en Málaga prometía. Solo la lluvia podía fastidiar tantos acontecimientos, en el aire y en la calle se respiraban tiempos de prepandemia y el agua finalmente no llegó (por desgracia) y la ciudad se inundó de gente, procesiones, turistas y disfraces varios.

Creo que frente a los clásicos esqueletos, fantasmas y demás, la serie del juego del calamar triunfó. En muchos rincones se vivió la curiosa estampa del penitente tomando unas cañas con Lee Jung Jae y Freddy Krueger. Tradición, cultura y sentimiento se daban la mano con una cada vez más numerosa (casi obligatoria) fiesta de Hallowen.

Digo esto porque en los colegios, por ejemplo, es de obligatorio cumplimiento dicha cita. No miento si digo que una fiesta basada en el susto y el miedo no me casa mucho con los mas peques, tiempo tendrán de conocer el verdadero miedo y las cosas reales que lo causan.

Toda celebración es poca, y más en estos tiempos, pero creo que es más una imposición venida del otro lado del charco como tantas cosas que finalmente acabamos comprando. Y de eso va, de consumo.

Me gusta el intercambio cultural, el mestizaje, el vivir las tradiciones llegadas de otros lugares, pero creo que no es el caso, cada vez somos mas el reflejo de un espejo al que no me gusta mucho asomarme.

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