Valle de Lifa: tres rutas a Ronda

El Burgomaestre

Hay tres caminos para llegar a Ronda desde El Burgo. Ninguno es fácil. El más antiguo, la calzada romana, es el más septentrional, hoy prácticamente desaparecido. En los mapas se le denomina Camino de la Cruz Blanca y se dirigía a la Venta de Añoreta, donde podías descansar e incluso cambiar de jumento porque la subida se las trae. Para ambos, para el cuadrúpedo y para su acompañante. Difícilmente podrías ir subido si el vértigo te lo permitía.

Calzada romana o Camino de la Cruz Blanca.

Ese camino, duro desde la salida del pueblo, enfila las laderas de la sierra de Juan Pérez prácticamente en línea recta. Los romanos, como típicos imperiales, eran adoradores de la línea recta y la cuadrícula, probablemente lo tomaron de los griegos (Hipodamo, Euclides). Pero estas sierras se prestan poco a la geometría y cada vez que subo a la Añoreta me acuerdo del ingeniero romano que diseñó el trazado, de los esclavos hispanos que acarrearon las piedras y las tallaron y de las familias de ambos.

Eso sí, el paisaje es muy hermoso. Mientras subes se va desplegando hacia el sur toda la belleza de la Sierra de las Nieves. La respiración entrecortada por la fatiga de la subida y la impresionante visión te obliga a pararte en el puerto, un lugar propicio para una emboscada.

Antigua venta de Añoreta.

Desde aquí el camino romano se dirigía, por caminos mas humanos, al puerto de los empedrados, donde existía también una ventilla y donde nació el señor Mingolla, más conocido como ‘Pasos Largos’, el último bandolero. El último soñador, diría yo.

Un agradable paseo por una cañada desemboca en lo queda de la Venta de Añoreta, tan arruinada como la calzada romana. Una construcción moderna adosada a las ruinas sirve de almacén a los forestales del parque.

Hoy día, la Ventilla del Puerto de los Empedrados no existe. Dos recintos mínimos con restos de mampostería de piedra semejan más un refugio para el ganado que algo mínimamente habitable. Es un altozano donde pega fuerte el viento y no se puede sembrar nada, precisamente porque es un empedrado.

La historia de ‘Pasos Largos’

Cuando estás allí, poco rato, porque es insoportable en un día frío, te imaginas la vida de ese niño, Juan José, entre esas rocas afiladas, de gañán, cuidando cerdos, jugando consigo mismo y esperando, con ilusión, la llegada de un huésped a la venta de sus padres que les sacase de la burbuja temporal en la que vivían. Noticias del mundo que para ellos era la ciudad de Ronda.

Bajando del puerto por una empinada ladera que conserva restos de la calzada se alcanza la carretera actual de El Burgo a Ronda pasando muy cerca del Pilar de la Alberquilla, abrevadero de agua fresca donde el ganado que baja de la sierra se detiene por las tardes antes de irse a dormir al aprisco.

Rumbo al Puerto del Viento

A partir de aquí, en dirección Ronda, la carretera actual y la calzada romana coinciden hasta el Puerto del Viento, donde parece que la vía tomaba hacia el norte según el único miliario encontrado de la vía Iluro Arunda (Alora-Ronda) que comunicaba la meseta rondeña con el valle del Guadalhorce, hallado junto a la cañada del Paraíso, muy cerca del Puerto del Viento. El resto del camino era sencillo y confortable, comparado con lo anterior.

Alrededores del Valle de Hifa.

El segundo camino para llegar a Ronda, la carretera actual, también se dirige a los llanos de Añoreta pero con otra actitud. No sigue el despiadado trazado de la calzada romana, directo y vertical, sin contemplaciones. Hay que tener en cuenta que entonces el hombre también era considerado animal de tiro, había muchos prisioneros de guerra, esclavos vitalicios, sin salario en muchos casos.

La carretera serpentea por las laderas de la sierra alcanzando altura. Los desniveles son importantes y en el fondo, muy al fondo, discurre el río Turón con sus diques de control para que no se desmande.

Poco antes de alcanzar los llanos de Añoreta se encuentra el mirador del Guarda Forestal desde donde se disfruta de una panorámica completa de la Sierra. Poco más de interés tiene esta carretera, recientemente remozada, peligrosa y no solo por la abundancia de moteros.

El tercer camino: la ruta árabe

He dejado para el final el camino más interesante, el camino árabe. Si el romano discurre por las alturas y la actual carretera a media ladera, este último camino discurre junto al río Turón, en su margen derecho, al lado opuesto de los otros dos caminos y utiliza el valle de Lifa para atravesar las estribaciones septentrionales de la Sierra de las Nieves, por lo que no coincide en ningún punto con las otras dos vías.

Como todo camino árabe su recorrido es una aventura. Es curioso como cada cultura se refleja incluso en el trazado de las vías de comunicación. Las influencias romana y árabe en esta tierra han dado lugar a un híbrido de carretera, ancha como una calzada romana y sinuosa como un sendero árabe. Una fusión que se manifiesta en toda nuestra compleja personalidad.

El camino árabe ni siquiera tiene un trazado único, ni seguro, ni fácil. Es complejo y diverso hasta que se alcanza la Torre vigía árabe de Lifa, junto al cortijo del mismo nombre.

Torre árabe de Lifa.

A partir de ahí es fácil. Pero antes hay que llegar a Lifa. Cuando conoces bien la zona te das cuenta que este es el camino más corto y directo a Ronda, si lo conoces claro. Un entramado de senderos, entre ellos la ruta GR-243, desde El Burgo y Yunquera, pasando muy cerca de los restos del Convento (Desierto le llamaban, por lo despoblado) de la Virgen de las Nieves, se dirigen a un punto clave del camino, el Valle de Lifa, cuello de botella del camino, paso obligado, de ahí la situación de la Torre, hoy en ruinas, que controlaba el paso fronterizo.

Más alla de la funcionalidad o no de este camino árabe, es indudable que es el más bello, es mi preferido y el del señor Mingolla. Puedes seguir ambas márgenes del río, o bien tomar el sendero que lleva al Puerto de la Mujer, con senderos que los unen y comunican con la pista que lleva a los Sauces pasando por el antiguo Convento de la Fuensanta, hoy zona de esparcimiento.

Un sitio especial

Aquí se unen los dos principales arroyos que forman el río Turón o río de El Burgo. Ambos arroyos, el de la Higuera y el que despeña junto a la Torre, se unen en este punto. Durante la época de lluvias, se convierten en dos ríos salvajes que probablemente inutilizarían los senderos y el uso de este camino durante buena parte del invierno, lo que obligaría a tomar los caminos superiores descritos arriba.

Llegar al Cortijo de Lifa (justo detrás de la Torre) por cualquiera de estos caminos es una aventura en cualquier época del año. Y un auténtico placer. Si llegas.

5 Comments

  1. Estupendo artículo, muy interesante y ameno. Refleja lo bién que se conoce su autor esta parte de la Sierra de las Nieves, próximamente Parque Nacional.

  2. Excelente! Le entran ganas a uno de conocer esa sierra de la mano de Eduardo que se nota que es un gran conocedor de todos sus secretos.

  3. Maravilloso viaje el que nos regalas en cada una de las 3 rutas. Leyendo tu post, nos permites recorrer in situ cada uno de los caminos, sintiendo el frío, disfrutando del paisaje e incluso viviendo su historia. ¡Bravo!

  4. Querido Eduardo, se entiende que has nacido para disfrutar la montaña, y que seguramente hasta las cabras se alegran de verte explorar junto a ellas sus innumerables senderos…
    Pero se me ha hecho corto, espero poder volver a recorrer otros caminos gracias a tus artículos tan descriptivos e ilusión antes. Gracias por compartirlo…

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