El mar de la nostalgia

La exposición ‘Emilio Prados, el mar de la nostalgia’ repasa la biografía del poeta desde su nacimiento en la Málaga de 1899 hasta su muerte en el exilio mexicano en 1962 siguiendo el hilo narrativo del mar presente a lo largo de toda su vida y como materia literaria en su obra.

La muestra, realizada en colaboración con la Fundación Unicaja, la Residencia de Estudiantes y el Centro Cultural Generación del 27, se podrá ver hasta el 30 de noviembre en el Centro Cultural Fundación Unicaja de Málaga.

La exposición se puede visitar hasta el próximo 30 de noviembre (Foto: Álex Zea)

Además de los paneles explicativos que reflejan las distintas etapas de su biografía y su obra, se exponen materiales originales como primeras ediciones, cartas, manuscritos, periódicos, revistas y fotografías que proceden de diversos archivos e instituciones como la Residencia de Estudiantes, el Centro Cultural Generación del 27, la Biblioteca Virtual de la Provincia de Málaga (Legado Temboury), el Archivo Manuel de Falla, la Biblioteca de Andalucía, el Archivo Municipal de Málaga, el Archivo Histórico Fotográfico del Instituto de Estudios de Cataluña, la Fundación Salvador Dalí-Gala y la Fundación María Zambrano.

El Centro Cultural Fundación Unicaja de Málaga acoge la muestra (Álex Zea)

En total, más de 60 piezas que «permiten seguir la vida de Emilio Prados», en opinión de Patricia del Pozo, consejera de Cultura, quien «ha agradecido la colaboración de todas las entidades que han apoyado el proyecto expositivo, y en concreto, a la Fundación Unicaja por su implicación y acogida de la muestra en su sede».

La consejera de Cultura, Patricia del Pozo, en la presentación de la muestra (Foto: Álex Zea)

La comisaria de la exposición, Eva Díaz Pérez, directora del Centro Andaluz de las Letras (CAL), propone un recorrido por la epopeya vital e intelectual del poeta a través del rastro que el Mediterráneo dejó en su vida.

«A través de un paisaje sonoro marino el visitante descubre la importancia del mar de Málaga en Emilio Prados desde su infancia hasta el final de su vida en el destierro como obsesión de la memoria. Incluso nos asomaremos al pequeño apartamento de Prados en México donde conservó una colección de recuerdos marinos: caracolas, estrellas de mar o arena de las playas de Málaga», ha explicado.

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