En un mundo de hombres

No sé si sabéis lo que es ‘Baby Gender Reveal’, lo último que le hemos copiado/comprado a los yankees. A este paso me veo comiendo pavo el próximo 24 de noviembre (Acción de Gracia). Es de lo poco que no hemos imitado de nuestros admirados americanos.

Como decía, el último pretexto de consumo es una fiesta de ‘Revelación de género del bebé’, que se puede realizar durante el ‘Baby shower’ (instalado aquí hace años) o aparte según cartera.

En él, se anuncia el sexo del bebé, normalmente con una explosión final de confeti, serpentinas y humo de color rosa o azul.

Digo esto, y que quede claro que me encanta cualquier excusa para festejar, porque en dicha celebración empieza la diferenciación de género, identificándote con un color: hombre -azul, mujer-rosa.

Luego, como una lluvia fina pero constante todo continúa. Los dibujos animados, los coles con sus recreos y sus juegos, los anuncios de juguetes. Más tarde sus canciones (con sus letras, vídeos y bailes) y para cerrar el círculo de las diferencias el mundo laboral.

Si le añades la forma en la que los jóvenes en su mayoría conocen la sexualidad, gratis,en internet, con un claro dominio y vejación al sexo femenino. No es de extrañar el comportamiento y los actos de después.

Estos malnacidos, seguramente mal educados en casa, han crecido pensando que son superiores, que deciden sobre ellas y mandan en sus vidas hasta el punto (y supongo que aquí intervendrá el gen del asesino) de quitárselas.

Obviamente y afortunadamente no son mayoría, pero asomándome a los datos de violencia de género y muertes por violencia MACHISTA estamos tan mal como siempre o peor.

Alguno dirá que las cosas están cambiando, que hay más información, leyes, empoderamiento… Migajas, promesas políticas en campaña. Desgraciadamente seguimos viviendo en un mundo de hombres.

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