Hergueta, el documental es la historia de una verdad invisible

Malagueño de agosto del 66, Hergueta es talento, pasión y mirada de cine curtida a pie de maratones de pantalla con versiones de Resnais y de Marguerite Duras, lecturas voraces de páginas especializadas y de ese trabajo investigador que define a los arqueólogos. De hecho con una profesional del gremio y del suyo, Leticia Salvago, fundó MLK Producciones en 1999. La empresa independiente del documental, el género que cinematografió Flaherty en 1922 con Nanuk el esquimal y a cuya disciplina artística contribuyó Hergueta con Miguel Picazo, un cineasta extramuros, Operación Úrsula, El último magnate, TV movies como Mar de Plástico, Tartessos y A este lado de la carretera, su última propuesta presentada en el Festival de Málaga, son algunos de los títulos premiados y los que hallarán en el camino.

¿El documental es el cine de lo real?

Decía Godard citando a André Bazín que el cine son sombras que sustituyen a lo real. Es peligroso que los jóvenes crean que pueden contar el mundo tal y como es porque éste no deja de ser una interpretación. Igual que esa fantasía de la realidad que fomentan los telediarios, como si aquello a lo que asistimos fuese neutral. Tendríamos que tener una educación visual para que los niños que en España dedican cuatro horas a ver audiovisuales aprendiesen la gramática de la imagen, lo mismo que aprenden gramática del lenguaje. Así dejarían de engullir imágenes sin que nadie les explique cómo se construye un relato.

Tendríamos que tener una educación visual para que los niños que en España dedican cuatro horas a ver audiovisuales aprendiesen la gramática de la imagen, lo mismo que aprenden gramática del lenguaje”

¿Cómo se construye ese relato?

El cine mudo basado en las imágenes dejó de ser una forma pura y libre de relatar cuando D. W. Griffith introdujo la primacía del relato literario que más o menos sigue imperando. Yo cuando hago un documental pienso en los narradores de la plaza Jemaa-el Fna de Marrakech y en el encantamiento de disfrutar de su lenguaje a pesar de que no entiendas lo que cuentan. Narrar y seducir la atención es una forma ancestral de transmitir historias reales o ficcionales.

Inagen del cartel del documental de Enrique Iznaola producido por Hergueta en 2016

¿Qué líneas separan la realidad de la ficción o cual es la línea roja que no se debe cruzar?

Soy tan consciente de la tentación que supone dejarse llevar por el relato por la permeabilidad entre ficción y realidad y darle a espectador una explicación cerrada, que me mantengo en guardia e intento ser honesto ante la manera de contar la realidad como un ensayo visual que es lo que debe ser el documental.

me mantengo en guardia e intento ser honesto ante la manera de contar la realidad como un ensayo visual que es lo que debe ser el documental.”

Festival de Cine de Málaga 2021 Premio RTVA (Archivo MLK Producciones)

Acaban de darte el premio Talento de la RTVA y has estado nominado al Goya 2021 por Paraíso en llamas. ¿Tarde o justo a tiempo los reconocimientos?

Soy un escéptico de los premios y un poco zen, así que los premios llegan cuando llegan. La ventaja de tener una edad es que te lo crees menos, aunque el reconocimiento compensa esos momentos amargos cuando ignoran tu trabajo o tus proyectos no venden. Lo importante es que abran puertas y en esa estamos, esperando que llegue financiación para el largo Caleta Palace que surge de Paraíso en llamas.

¿Cómo se documenta media vida dedicada al documental?

He sido muy de guardar cosas y a veces ente cajas y cajas te encuentras muchas pistas de tu vida, de miradas aprendidas o aplazadas, y como todo en la vida de cualquiera suele ser una rutina en la que reconocerse te encuentras cosas que te sorprenden, incluso en formatos qua ya no existen y te permiten el ejercicio sano de soltar y librarte de vidas de uno mismo, aunque sea para repetir. Saura decía que ojalá Las Meninas no estuviesen pintadas para poder hacerlas.

Los cines Alphaville, la Filmoteca, escuelas de su mirada y de varias generaciones.

Sin duda. En 3º de BUP mi amigo Alberto Llamas y yo nos empeñamos en hacer un corto en blanco y negro con una cámara de video y antes de terminarlo vimos en el Cine Club El estado de las cosas de Wenders, que supuso una revelación. A él le debo descubrir que había una profesión detrás de la cámara a la que me quería dedicar. Fue la época de comprar la revista Casablanca, de subscribirme a Dirigido por, de las películas de los Alphaville, de los cines estudio como el del Círculo de Bellas Artes. Incluso hicimos un ciclo sobre el expresionismo alemán en mi Colegio Mayor, el Chaminade, y llevé en mi Vespa una copia en 16 mm de ‘El gabinete del doctor Caligari’ de Robert Wiene. Se ha perdido aquella emoción de vivir cosas difíciles y apasionantes, de ir construyendo tu vocación pieza a pieza, hoy todo parece estar al alcance inmediato.

Rodaje de Cuento e Historia de la ciudad 1998 (Archivo Hergueta)

Se ha perdido aquella emoción de ir construyendo tu vocación pieza a pieza, hoy todo parece estar al alcance inmediato”

En esos años de eclosión del Madrid de los ochenta descubres también el videoarte.

Entre el 84 y el 92 se estaba haciendo un arte nuevo y existía la sensación de que podías participar en su creación. Tuve la fortuna de tener de profesor en la facultad a Manuel Palacios, uno de los mejores teóricos del video entonces, y de participar en seminarios de Anemic Cinema que organizaba en el Círculo de Bellas Artes, donde Bill Viola nos tuvo una hora mirando un jarrón chino para explicarnos los efectos de la persistencia de una forma en la mente. Todo lo creativo se conectaba entre sí, la escultura, la pintura, el cine, la textura plástica del video, lo clásico y lo experimental. Era una forma de liberarse de los convencionalismos, de innovar y de aprender, cómo descubrí más tarde con Saura para atrás y para adelante, la capacidad de romper desde dentro del relato como hizo él en Dulces Horas en el año 92, y cuando cuenta a Goya con cajas de luz en Goya en Burdeos.

¿El documental como arqueología que emerge a la superficie historias que laten en el fondo de las vidas y de lo desconocido?

Totalmente. Trabajar con imágenes, documentos de otras épocas y testimonios de personas que son fragmentos perdidos de un cosmos, y construir con ellos un relato de ausencias y oscuridades que cobran un sentido, conlleva un emocionante espíritu arqueológico y una emoción que me mantiene en todo este lío.

Trabajar con imágenes, documentos y testimonios de personas que son fragmentos perdidos de un cosmos, y construir con ellos un relato de ausencias y oscuridades conlleva un emocionante espíritu arqueológico”

En esa exploración imagino que también se produce la magia del hallazgo de algo imprevisto que lo ilumina todo.

En el documental se trabaja con una capa superficial de un tema o de una persona y luego hay otra copa profunda en la que se mueven energías abandonadas, y cuyo misterio o secretos afloran de repente en el blanco y negro de la búsqueda de las imágenes, como me sucedió con Operación Úrsula. Una magia a la que añadirle los milagros accidentales que también se producen. En el 93 en unos de mis primeros documentales La tierra de nadie, con Marcelo Expósito sobre el vínculo entre los niños deportados a Rusia en el 36 y los barcos albaneses que llegaban en aquel año a los puertos italianos, un día el despiste de un funcionario y la sorpresiva generosidad de otra nos condujo a una moviola en la que visionamos lo que no se montó en una película del 36 acerca de aquellos niños, y aquel azar permitió que montásemos nuestro documental con descartes de la película de Nemesio Soldevilla. Siempre hay milagros, incluso cuando estás en una historia aparentemente trillada, que provocan que una pieza se mueva y te lleve a otro sitio o a un descubrimiento. Esa es la parte de magia de la investigación.

Uno de los temas que más has abordado es la guerra civil. ¿No está bien contada o continúa siendo un venero inacabado de historias?

Es incuestionable que nos queda mucho por contar. En España no tenemos tantas novelas de peso, como les sucede a los norteamericanos con su guerra civil, porque nos desagrada mucho remover en una zona de sombras, de culpas, de silencios, y sin embargo es necesario que abordemos de verdad el desamparo y la aceptación de auténticas barbaridades por ambas partes, en Málaga y en otros lugares. Es casi obligatorio enfocar y narrar sin acritud y de frente la normalización de la violencia y del miedo que se aceptó.

Hergueta, en su descacho de MLK Producciones, hablando con Guillermo Busutil (Foto: L.C.)

¿Y dónde está la política ahora? El documental siempre lo relacionamos con la progresía contra el poder pero nunca está claro dónde está el poder, lo mismo que existen muchas obnubilaciones erróneas.  Leni Riefenstahl que fue la gran renovadora del lenguaje documental al estar al servicio de los nazis parece menos digna que otros que estuvieron al servicio de otros.

El problema actual es dónde está la libertad de pensamiento por encima de códigos abiertos y de modas que dictaminan la calidad o el discurso de una época.”

Por ejemplo hoy día en las convocatorias y en los Festivales casi todos los proyectos hablan de indígenas, de migrantes, de mujeres subjuzgadas y no ves proyectos acerca de cuántas libertades nos quitará la pandemia o sobre las ideologías libertarias. Y además hay que seguir lidiando con el desprecio de este país hacia el artisteo en general y con el cine en particular, a pesar de que el cine por encima de otras artes es el que crea la imagen de un país. Basta con ver cómo un spot escoge unos versos de Lorca, los cuadros de Picasso y la música de Falla y expresa qué es Andalucía. Un trabajo que choca con la falta de ayudas económicas al cine que compensen del dominio del amigo americano y que nuestra identidad no sea absorbida, ya lo está bastante por su cultura, del todo. Un ejemplo es que en Italia las ayudas llegan a los 400 millones, en Alemania mucho más, y aquí apenas rozan los 60.

Sin embargo el documental hace tiempo que goza de buena fama

Afortunadamente las plataformas han servido para que haya más público pero la mayoría responde a un perfil consumista americano que impone una lectura del mundo. Lo importante es que ese tirón lo aprovechen las televisiones públicas y apuesten por el documental, mucho más barato que el cine, y enriquezcan la huella de un país y su proyección.

Mi batalla en el documental es contar historias de aquí, no sólo para Canal Sur, sino también para venderlas fuera porque Málaga y Andalucía tienen un imaginario cultural que las hace universales”

¿Qué te parecen los fake documentales?

Ese subgénero es antiguo. Ya lo hizo Orson Welles en su versión radiofónica de La Guerra de los mundos. Recuerdo también en el canal Arte Operación Luna con declaraciones de Kissinger y de la viuda de Kubrick, mostrando restos del rodaje de Odisea 2001, entre otras autoridades contando todos con cierta verosimilitud que la llegada a la luna era mentira, hasta que de repente desmontaban la ficción enfocada como una broma cáustica. La clave es la honestidad del narrador al contarlo. Su idea de, más que buscar envolver con el truco y empujar al espectador a un final premeditado, abordar todas las dudas de si todo pudo haber sido falso. Para ello es obligatorio el contrato de avisar a la gente, igual que hizo Welles. Lo que pasa es que hay temas con los que la mente se calienta y juega a rellenar huecos de lo que se cuenta, simplificando lo que ve. El cine es una prestidigitación que trabaja con el subconsciente.

En ese sentido estaría igualmente la supuesta mirada neutral del documental.

Eso no existe. Ni siquiera en el reportaje donde se aúna la circunstancia del suceso, el contrato de yo estaba allí, la neutralidad existe. Tu mirada, dónde pones la cámara, en qué detalle te quedas, determinan la falsedad de la neutralidad. Un ejemplo son los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente y su célebre observación natural cuando todo en realidad estaba preparado y construido.

Tu mirada, donde pones la cámara, en qué detalle te quedas, determinan la falsedad de la neutralidad.”

¿Al igual que la fotografía, el documental continúa fuera de campo?

Ahí reside la diferencia entre uno bueno y otro malo, entre tener mucho presupuesto y post recorrido o no tenerlos. Me quejo de esas limitaciones económicas que impiden que una historia como Operación Úrsula, pudiese haberla contado añadiendo a la historia una mirada personal más poética e incluso haciendo una mini serie con mayor profundidad en su desarrollo. Su microcosmos con todas las versiones posibles de la guerra civil: un secreto bajo el agua, el submarino C-3 que los nazis niegan y falsifican, las familias que habían pensado que los habían traicionado y que sus padres habían cambiado de bando, dan para mucho. En mi condición de productor y director sentía que las mentiras había que disolverlas contándolo y enseñando documentos pero hacerlo todo con más belleza plástica en los detalles consumía narrativa y tiempo. La clave para destripar una historia no contada, desatar un nudo y a la vez meter tu poética, fundamental para seducir, consiste en tener el presupuesto adecuado. Es lo que espero tener para Emilio Prados sobre cuyo documental estamos trabajando.

Hergueta, con Sinuhé Muñoz en postproducción (Foto: Lorenzo Carnero)

¿Cómo se monta un documental?

El montaje es primordial. En ficción hemos cambiado finales y dado la vuelta a la película. El documental es muy complejo y se hace tres veces: la primera parte con la disciplina de un guión ordenado, luego ruedas y empiezan a suceder cosas, y en el montaje vuelves a hacerlo todo de nuevo al desplegar muchas piezas, y he aquí la arqueología, que pueden encajarse de muchas maneras y algunas válidas. En esa labor es importante la mirada ajena, limpia, del montador al que le has contado la historia y cuya visión cultural y de mirada contribuye al trabajo de quitar y de esculpir que es lo que define al buen documental, para llegar una verdad que debe haber siempre, porque el documental es la historia de una verdad invisible que se busca contar.

El documental se hace tres veces: la primera parte con la disciplina de un guión ordenado, luego ruedas y empiezan a suceder cosas, y en el montaje vuelves a hacerlo todo de nuevo al desplegar muchas piezas, que pueden encajarse de muchas maneras y algunas válidas».

Festival de Cine Iberoamericano de Huelva 2010 (Foto: Archivo MLK)

¿Te sientes más director o más productor?

Me siento indistintamente productor y director, porque disfruto mucho cuando me enfrento en solitario a la historia, sumergiéndome en la escritura sobre el papel y con la cámara, pero descubrí en el camino que hay mucha creatividad en la producción, al abrir caminos que no existían, negociarlos con otros, incluso aunque resulte áspero o parezca menos enriquecedor, y pese a la frustración por todo lo que podría ser y no es no deja de ser fascinante. Aparte, producir permite sacar adelante más historias, participar en ese proceso de cuajarlas, darles forma, encontrarles su espacio. Por otro lado como casi todos los productores, no elegí la profesión, me eligió a mí cuando no hubo más necesidad, y fue en el proceso que descubrí el potencial, porque producir es trabajar con las dos esferas del cerebro al mismo tiempo o muy sincronizadas. Combinar la creatividad con las posibilidades, la riqueza de la libertad con los caminos que puedan organizarse. Ambas disciplinas se conjugan bien en lo que más me pone del cine: la magia de jugar entre lo antiguo y lo actual.

Lo que más me pone del cine es la magia de jugar entre lo antiguo y lo actual”

EL FONDO DOCUMENTAL

Jaime Chavarri. El desencanto. Disfruté y sigo disfrutando con esa maravillosa familia de actores que son intérpretes de sus propios personajes, y a los que descubrió Querejeta, uno de los grandes productores.

Basilio Martin Patino. Queridísimos verdugos. Una lección de poner el foco con corazón sobre algo por lo que hoy lo tacharían de psicópata.

Luis Buñuel. Las Hurdes. Tierra sin pan. Un gran mentiroso que demostró que las mejores historias hay que construirlas como hizo él, en especial con la escena de la cabra que inspiró a Rodríguez de la Fuente en El hombre y la Tierra.

Víctor Erice. El sol del Membrillo. Me enseñó a mirar a un tiempo diferente, entre el documental y la ficción, algo que ya estaba en El espíritu de la colmena, detenido, en diálogo con la luz y a la vez peligrosamente ensimismado.

Michael Moore. Bowling for colombine. Es admirable por haber puesto en la agenda mundial que los documentales cuenten algo sobre la actualidad pero desgraciadamente fue devorado por su propio personaje, y por el éxito de que le dieran la Palma de Oro en Cannes.

Agnès Varda y Los espigadores y la espigadora. Es maravillosa desde el principio de su obra. La conocí en Escocia y además de su sencillez es increíble su don para mostrar la realidad con ingenuidad y conciencia, sin complejos, sin tener que medir –ahora todo se mide demasiado, los temas, las miradas, el lenguaje-, quitándole importancia a las cosas y poniendo siempre la vida por delante.

¿Qué sensación debe dejarle un buen documental al espectador cuando sale del cine?

¿Quién es ese que ha ido al cine? El desafío de un documental, teniendo en cuenta que siempre es un ensayo, es conmover de manera inteligente y procurar otra mirada.

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