Hortensia: acoso en el convento

Hortensia López cuenta en el libro 'Cuidemos la vida consagrada' su pesadilla de 21 años como monja de las Carmelitas Descalzas

Hortensia López Almán se atrevió a contar su historia cinco años después de colgar los hábitos. El resultado es un libro titulado ‘Cuidemos la vida consagrada’ (Círculo Rojo). Un descarnado relato de abusos y tiranía entre los muros de piedra en los que pasó 21 años de su vida.

Hortensia López Almán.

Nacida en Elche en 1973, a los 20 años dejó sus estudios de Filología para ingresar con una gran ilusión en la Orden de las Carmelitas Descalzas. Pronto descubrió que la vida en el convento era muy distinta a lo que imaginaba.

A lo largo de sus años como monja sus superioras le decían hasta qué votar en unas elecciones. Según cuenta en el libro, controlaban también sus llamadas de teléfono, las cartas que recibía o qué hablaba con sus familiares durante las visitas.

“Para votar, te daba el sobre con la papeleta y si no, no votabas. Escuchaba las llamadas de teléfono, y en la confesión, me decía aquello de lo que debía confesarme”

Hortensia López / Exmonja de las Carmelitas Descalzas

Los abusos y el maltrato comenzaron muy pronto. «Nada más entrar al primer convento», matiza Hortensia. Era el año 1994. Estaba en el norte de España y tenía solo 21 años.

«La priora se obsesionó conmigo, me hizo pasar por loca delante de la comunidad, me trataba con desprecio».

Hortensia López
Portada del libro.

Salió de allí hacia un segundo convento en el que no hubo comportamientos extraños. Al llegar al tercero se repitió la pesadilla. «La misma situación dictatorial. Me sentía anulada como persona, como si estuviera secuestrada», explica en una entrevista con Europa Press. Así en un recinto tras otro hasta que se decidió a colgar los hábitos en 2015 con 41 años.

«No sabía manejar el ordenador ni el móvil, ni andar por la calle».

Hortensia López

Similitudes con la violencia de género

Ya en casa escuchó un día una noticia sobre la violencia de género. Y se sintió plenamente identificada «por el maltrato psicológico que yo misma había sufrido». Esto le hizo reaccionar y envió una carta con su caso a la Congregación del Vaticano. «Pero al estar secularizada no podían hacer nada».

Ahora, y tras la publicación del libro ‘Cuidemos la vida consagrada’, ha decidido volver a escribir al Vaticano. En este caso al Papa Francisco. Mientras tanto, Hortensia López espera que su relato puedae ayudar a otras monjas que hayan pasado por la misma situación.

«Yo no he perdido la fe en Dios pero después de lo que ha vivido no me extraña que haya gente que sí la pierda»

Hortensia López

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