Iberofonía y socialismo

Santiago Armesilla tiene casi 92.000 seguidores en Youtube, más de 47.000 en Twitter, más de 24.000 en Instagram. Estos monstruos de empresas capitalistas han catapultado a este politólogo y doctor en Economía Política y Social que además no esconde su marxismo. Acaba de publicar ‘berofonía y socialismo’ (Última Línea, Málaga) y después de presentarlo con una gran acogida en México, comienza una ruta por España ya le ha llevado por Cartagena y Granada y que le traerá a Málaga este lunes (Calle Corregidor Francisco de Molina, 1, junto a Comisaría Provincial; hora: 17.30).

La Leyenda Negra ha calado muchísimo tanto fuera como dentro de España. Prácticamente hasta que Elvira Roca alzó la voz con su libro ‘Imperofobia’ (Sieruela, 2016) nadie se atrevía a ponerlo en duda. ¿Por qué?

Diría que la razón fundamental, a nivel mundano popular, es porque la gente mayoritariamente no era consciente de la existencia de tal Leyenda Negra antiespañola. Me cuento entre esa gente. Simplemente, se tomaban ciertas ideas como el secular atraso español, o nuestra consideración como el ‘culo del mundo’ como lo que se suele denominar ‘sentido común’. Hasta que no te dice gente con buenos argumentos y buenos altavoces que eso es Leyenda Negra ni te lo planteas. La primera persona a la que le oí algo así fue a Gustavo Bueno. Ya María Elvira, lo que ha logrado, es permitir a muchísima gente salir de la caverna. Ahora, a los que seguimos la estela de ambos, nos toca bajar a la caverna y arriesgarnos a tratar de sacar de la misma a nuestros compatriotas. Las sombras que vemos en la caverna, o parte de ellas, son las de la Leyenda Negra antiespañola, las de la endofobia hispánica, la hispanofobia.

Solo desde una plataforma geopolítica civilizatoria, imperial, es posible pasar a una sociedad poscapitalista a escala universal»

Después de ella han venido otros incluso desde América como Marcelo Gullo desde Argentina con su ‘Madre Patria’ (Espasa, 2021) y más recientemente con ‘Nada por lo que pedir perdón’ (Espasa, 2022), pero siempre desde posiciones conservadoras. Usted lo hace desde el marxismo. ¿Marxismo e Imperio pueden casar?

No calificaría las posiciones de María Elvira Roca Barea o las de Marcelo Gullo como conservadoras. María Elvira viene de familia masona, y Marcelo es peronista. Eso no significa que cuadren con lo que hoy se entiende por ‘progresismo’, que no es más que una izquierda indefinida, sin proyecto claro respecto del Estado, que solo se preocupa porque sus agendas particulares sean mantenidas por lo poco que queda de Estado de bienestar. Además, ambos coinciden en algo, separar la idea de Imperio de la de Imperialismo. Esta segunda es la que denunció Lenin en su obra de 1916, «El imperialismo: fase superior del capitalismo». Es decir, lo que comúnmente se conoce fuera del marxismo como colonialismo en su etapa de máximo esplendor, de 1870 al año en que Lenin redactó esa obra. Es lo que, además, corresponde, a la idea de Imperio Depredador que Bueno desarrolla en «España frente a Europa», de 1999. El Imperio según Roca Barea y Gullo es lo que corresponde a la idea que también desarrolla Gustavo Bueno en esta obra de 1999 de Imperio Generador. Y la URSS fue un Imperio Generador, según Bueno. En ‘Iberofonía y Socialismo‘ sostengo que los modos de producción (despotismo hidráulico, esclavismo, feudalismo, capitalismo, comunismo), así como sus transiciones (mesolítico y Edad de los Metales, Antigüedad Tardía, mercantilismo, socialismo) son implantados debido a la lucha de clases, que en Bueno es dialéctica triple: de clases, de Estados y de Imperios. Por tanto, solo desde una plataforma geopolítica civilizatoria, imperial, es posible pasar a una sociedad poscapitalista a escala universal. Esa plataforma, a mi juicio, puede ser la Iberofonía, y no solo la China Popular. La Iberofonía es una plataforma geopolítica postimperial que no hay que obviar ni marginar, puede tener que decir mucho en este siglo y los venideros, sino se vuelve a balcanizar por el indigenismo y el indianismo, ni es absorbida por otras como los anglosajones.

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No queremos ni resucitar el imperio español ni que el centro de la Iberofonía sea España. El centro de la Iberofonía está entre Iberoamérica e Iberoáfrica»

En redes sociales le atacan a usted diciendo que un discurso social españolista obedece en realidad a una especie de neofalangismo…

Es el ‘caca-culo-pedo-pis’ típico de la izquierda indefinida y de la derecha extravagante, que no defiende el Antiguo Régimen pero que se mueve por particularismos, como los indigenismos/indianismos o el anarcocapitalismo, así como también el separatismo catalán, vasco o gallego. Quien lo dice nada sabe de Falange ni de marxismo. Y quien lo afirma, además, muestra su fracaso como militante político de izquierdas. El materialismo político que defendemos nada tiene de nacionalsindicalismo, ni de nacionalbolchevismo. Es una propuesta de fusión entre marxismo y materialismo filosófico aplicadas al contexto geopolítico y geocultural iberófono. Nuestro horizonte es comunista, y hemos plasmado estas ideas tanto en «Iberofonía y Socialismo» como en otras anteriores, como ‘La vuelta del revés de Marx‘. No queremos ni resucitar el Imperio Español, algo imposible, ni que el centro de la Iberofonía sea lo que hoy se llama España, algo inviable. El centro de la Iberofonía está entre Iberoamérica e Iberoáfrica, que forman parte del llamado ‘Sur Global’.

En realidad, el proyecto iberófono socialista es una recuperación de lo mejor del anticolonialismo del siglo XX con lo mejor de la filosofía y la teoría política marxista hasta ahora desarrolladas. De ahí la importancia que en mi obra doy a las ideas de Felipe Martínez Marzoa, destacado filósofo marxista español, y a las ideas del llamado Cibercomunismo. Eso es lo que defendemos en Vanguardia Española, la asociación a la que pertenezco, y el resto de Vanguardias nacionales que se están construyendo en diversas naciones iberófonas, como Argentina (la primera que surgió), Chile, Costa Rica y Venezuela. Vendrán más. Vamos, cero pensamiento tradicionalista español y cero de nacionalsindicalismo, aunque recurren a eso porque no tienen herramientas adecuadas para criticar nuestras ideas. Solo les queda la mentira y el insulto.

Usted habla de la importancia de establecer un poder geoestratégico en torno a lo panibérico y que además debería ser Brasil quien lo liderase. ¿Este bloque sería un aliado del atlantismo o del nuevo eje Rusia-China?

Brasil es fundamental en esto. Es algo así como el, si se me permite la expresión, ‘sobrino’ de España, pues Portugal es nuestra nación hermana, con la cual debería llevarse mejor. Claro que para poder liderar la unidad iberófona, Brasil, el sobrino, debería ser completamente bilingüe, hablar tanto portugués como español para poder unificar a toda la Iberofonía intercontinental. La Iberofonía es el conjunto de naciones, poblaciones y territorios que hablan en todo el planeta tanto portugués como español, las dos únicas lenguas mutuamente comprensibles que son universales, con casi un 90% de correspondencia. Brasil sería la única nación iberófona que habría de ser bilingüe, por su potencial papel de ser la Prusia de la Iberofonía, la que nos unifique.

Pero hay que contar también con México, el Cono Sur, la Región Andina, la Gran Región Caribeña y Centroamericana, Iberoáfrica, Iberoasia e Iberoceanía y la Iberofonía Europea. La intecomprensión mútua portugués-español debería ser fomentada y enseñada en toda la Iberofonía, sin llegar a ser bilingües salvo solo Brasil, nación que ganaría en grandeza universal si hablase ambos idiomas.

El bloque iberófono fue balcanizado por el imperialismo depredador colonialista anglosajón, primero británico y luego estadounidense, aprovechando las tendencias oligárquicas internas del Imperio Español y del Portugués. Así pues, hoy tocaría aliarse con Rusia y China frente al capitalismo realmente existente a escala geopolítica imperial, que es anglosajón. Veríamos qué ocurre con los hispanos de EEUU, pero habría que tomarles en cuenta. En el futuro, veremos qué alianzas habría. Pero hoy por hoy, tocarían estas.

Hoy tocaría aliarse con Rusia y China frente al capitalismo realmente existente a escala geopolítica imperial, que es anglosajón»

¿Y cree realmente que pueda llegar a constituirse ese poder geoestratégico panibérico con una España que sigue renegando de su pasado?

Criticar la Leyenda Negra antiespañola, sin caer en la Leyenda Rosa, que es hoy marginal, es fundamental. Porque no es solo una Leyenda Negra contra España, sino contra todo el mundo hispánico. La misma idea de Latinoamérica es negrolegendaria, y es, prácticamente, sinónimo de Iberoamérica hoy día. Meten a Haití por su revolución antiesclavista independentista, pero esta tiene raíz jacobina, y no liberal como la de la Constitución de Cádiz o de ‘libertadores’ como San Martín y Bolívar. Pero no hay que hacer ascos a que Haití pueda entrar en la Iberofonía tampoco. Se trata de un proyecto universalista frente a la anglobalización capitalista de hace ya dos siglos. Es fundamental, en todo esto, que España, México, Argentina, Perú, Colombia, Venezuela, etc., no renieguen de su pasado común, ni que caigan en el autodesprecio.

Los chinos han superado ya su Siglo de la Humillación, el que los sometió al poder colonialista entre 1830 y 1949. Es hora de superar nuestros Dos Siglos de la Humillación para reconstruir la Iberofonía del único modo que es posible, como diría José Carlos Mariátegui, gran marxista peruano: en el socialismo. No para recuperar el pasado, sino para desde su naufragio, y apoyados en los logros del presente, estar posicionados para ser algo trascendental y grandioso en el porvenir.

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