Kinkahu, el templo del pabellón dorado

Kioto (I)

La Aguja Magnética

Si lo preferente que persigue observar el viajero por primera vez y como primera impresión, aunque sea de una forma más bien sutil, es el Japón tradicional, Kioto es la ciudad adecuada para ello. Si bien ésto es difícil de conseguir, debido a que previamente nos vamos a encontrar con ambientes más actuales.

La cultura japonesa es maravillosa y visitar esta ciudad es una experiencia muy recomendable.

A Kioto se puede llegar de varias maneras, como a casi todos lados, pero para un turista europeo lo habitual es llegar vía Tokio. Los vuelos internacionales nos posarán en uno de sus dos aeropuertos, por lo general suele ser en el de Narita, desde dónde enlazaremos con una de las estaciones de tren de Tokio y desde ahí en una línea Shinkansen hasta Kioto.

Hay que recordarle al sufrido turista que lo recomendable después de un vuelo tan largo, si llegas por la tarde, es hacer noche en uno de los hoteles de Narita o de Tokio y continuar viaje al día siguiente.

Al bajar del tren, la propia estación de Kioto es un punto de interés turístico por sí misma, es una especie de catedral futurista de acero y cristal.

El viaje en tren desde Tokio (mejor el Hikari) va a más velocidad y tiene menos paradas. Suele costar alrededor de unos 105 euros, a no ser que (aconsejable) previamente lleves el pase ‘Japan Rail Pass’, o ‘el Japan Rail Pass Green’ más ventajoso aún. Entonces te resultara gratis el viaje, aunque previamente lo debes de validar en las taquillas del propio aeropuerto o en las estaciones de trenes.

Japan Rail Pass


Recuerda que es un pase nominativo, lleva siempre tu pasaporte, el personal de la estación puede pedírtelo para cuando subas al tren. Te llevará a tu ciudad de destino en dos horas y 40 minutos aproximadamente.

La distancia entre estas dos ciudades es de unos 450 Kilómetros. Puedes disfrutar del trayecto y tener la suerte de ver el volcán más representativo del imperio, el Fujiyama, la montaña más alta de Japón, miles de veces representada en imágenes. Además puedes aprovechar el trayecto y saborear un delicioso ekiben que te ofrecerán en los servicios que regularmente pasan por los vagones si previamente no lo has comprado en la estación.

El ekiben se puede comer en los trenes y estaciones de Japón

Otra opción para llegar a Kioto es que como esta ciudad carece de aeropuerto propio se puede conectar a través del aeropuerto de Osaka, que dista 56 kilómetros de la ancestral ciudad, fácilmente recorridos en el famoso tren bala en aproximadamente 15 minutos.

Tren bala entre Osaka y Kioto

Al bajar del tren la propia estación de Kioto es un punto de interés turístico por sí misma, es una especie de catedral futurista de acero y cristal. Desde la planta 10 se abre un pequeño y discreto pasillo, marcado con un letrero luminoso en el que se lee ‘Skyway’. Por él se accede a uno de los miradores más impresionantes de la ciudad. Su acceso es gratuito, y permite ver, por un lado, la sorprendente estructura que es la estación en sí y por otro la ciudad de Kioto, sus adyacentes montañas y alguno de los templos cercanos.

Cuando llegas al hotel, si previamente no te has informado, lo cual sería un error y lees una guía de posibilidades, comprenderás que no te quedará más remedio que volver, a no ser que te alojes en esta ciudad durante un tiempo muy prolongado. Inviable si eres un turista al uso.

UNA CIUDAD CON PATRIMONIO

Un dato curioso, Kioto no resultó bombardeada por las fuerzas aéreas estadounidenses durante la segunda guerra mundial. Por esta razón, a día de hoy se sigue constituyendo como una de las más importantes urbes japonesas con un rico patrimonio histórico, artístico y arquitectónico.

Santuario Fushimi Inavi-Taisha

Madrugar en Japón es muy habitual, ponte las pilas y conviértete en un viajero curioso. Ahora debes de dejar atrás al turista típico.

Cómprate un ‘day pass ilimitado’ para utilizar los autobuses, el mejor medio para llegar a muchos sitios, también puedes comprar una combinación autobús/metro. Mézclate con los japoneses, suelen ser muy amables y te ayudaran siempre que puedan, aunque no te entiendan con el idioma, casi te acompañaran hasta el mismo punto que desees visitar. Como utilizar los autobuses o el metro lo dejo a tu propia experiencia. La forma es un poco diferente a como, por ejemplo, los utilizamos en España, pero sencillo de aprender.

Y para que este artículo no se haga interminable, te diré que habrá una segunda parte, dónde hablaré de monumentos, mercados, comidas, tradiciones y algunas curiosidades más de esta secular ciudad japonesa.

Dewa, mata.

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