La lucha eterna del ‘Padre coraje’

Crónica del Polimediático
‘No hay crimen perfecto, sino investigación incompleta

Juan Holgado era un joven de 26 años al que su compañero, Bernardino, le pidió que le cubriera el turno en la gasolinera en la que trabajaban la noche del 22 de noviembre de 1995 en que fue asesinado .Esa noche, como tantas otras que Juan trabajaba, su hermano Paco estuvo con él hasta cerca de las dos de la mañana, haciéndole compañía. En torno a esa hora se marchó y Juan se quedó solo en el establecimiento.

Uno o varios atracadores lo asaltaron de madrugada para robarle el dinero de la caja, unas 70.000 pesetas, así como varias botellas de whisky y unos cartones de tabaco. Lo mataron dentro de la oficina de la gasolinera, donde un taxista encontró su cuerpo desangrado, cuando paró a repostar.

Durante estos más de 25 años no se ha sabido quienes, ni por que motivos, a Juan le asestaron 33 puñaladas. Para la familia este crimen supuso un verdadero drama que provocó también que sus padres, el matrimonio compuesto por Antonia Castro y Francisco Holgado, se divorciaran. La pareja no superó que, tras dos juicios, los cuatro acusados: Pedro Asencio, Francisco Escalante, Domingo Gómez Franco y Manuel Jesús Sañudo fueran absueltos.

Los cuatro acusados del crimen de Juan Holgado (Diez minutos)

A Francisco Holgado lo llamaron ‘Padre Coraje porque, por un tiempo, fue ‘Pepe El Gitano’ camuflado tras un bigote y una peluca falsos y usando unas gafas que le cubrían hasta los pómulos. Holgado dejó su trabajo en un banco, las camisas planchadas y la corbata, y se disfrazó de maleante. Creado su personaje de ‘Pepe ElGitano‘ y usando un tono de voz distinto al suyo, para evitar que lo reconocieran tras haber aparecido en los medios de comunicación, se infiltró en los bajos fondos de Jerez para trabar amistad con uno de los sospechosos de la muerte de su hijo: Pedro Asencio.

A Francisco Holgado lo llamaron ‘Padre Coraje porque, por un tiempo, fue ‘Pepe El Gitano’, camuflado tras un bigote y una peluca falsos y usando unas gafas que le cubrían hasta los pómulos.

Se trataba de un yonqui, enganchado a la heroína, al que el juez, junto a otros tres toxicómanos más, había dejado en libertad después de pasar cinco meses en prisión preventiva como presuntos asesinos del chico. El padre de Juan, convencido de que era Asencio el autor del crimen, quería arrancarle una confesión que recogería con una grabadora que siempre llevaba oculta en una mochila o entre la ropa…

Francisco Holgado (diario.es)

Hasta que Asencio lo descubrió. Fue en Valladolid, pocos días antes de que arrancara el juicio. Paco Holgado, en su papel de ‘Pepe El Gitano‘, se llevó a Asencio hasta la ciudad castellano-leonesa para, supuestamente, presentarle a los miembros de una organización de narcos que quería introducir droga en España. En realidad, Paco Holgado lo que pretendía era encontrar a Bernardino, el compañero de su hijo en la gasolinera de Jerez que le cambió el turno y del que siempre se había dicho que tenía problemas con las drogas. Quería poner frente a frente a Bernardino y a Asencio para ver cómo reaccionaban. Pero Paco, al que se le estaba agotando el dinero que tenía a causa de haber pagado a prostitutas y quinquis de Jerez cuando fue en busca de confesiones, cometió un fallo.

Asencio preguntó en el hotel por un hombre de Jerez llamado Pepe. Una empleada del establecimiento miró el registro de clientes y dijo que el único cliente jerezano era un tal Francisco Holgado.


En Valladolid, él durmió en una habitación de hotel la noche en que llegaron, mientras que Pedro Asencio la pasó en el coche con el que habían viajado. A la mañana siguiente, como ‘El Gitano’ no respondía al teléfono ni salía a la calle, Asencio preguntó en el hotel por un hombre de Jerez llamado Pepe. Una empleada del establecimiento miró el registro de clientes y dijo que el único cliente jerezano era un tal Francisco Holgado.

Cuando Asencio escuchó aquel nombre lo entendió todo. Comprendió que el padre de Juan era, en realidad, ‘Pepe El gitano‘, el hombre que la noche en que se conocieron, en torno a los siete u ocho meses posteriores a la muerte del chico, se acerco a él mochila en mano y le dijo que acababa de llegar a Jerez y que buscaba compañía. Asencio calló en aquel instante. Pero cuando se celebró el juicio se lo recriminó a Paco Holgado.

Foto:Juan Carlos Toro (La voz del sur)

Todo lo grabado por el padre de Juan durante los meses que se adentró en el mundo de la delincuencia de Jerez, sirvió tan sólo para que se celebrara un segundo juicio y el magistrado encargado del caso escuchara el contenido de las cintas. Sin embargo, en ningún momento se escuchó a nadie asumir la autoría del asesinato, ni tampoco aportar pruebas sólidas a la causa. Los cuatro acusados volvieron a quedar absueltos.

 

Su historia se llevó al cine y a la televisión para contar cómo un padre, desesperado por conocer la verdad, se sumergió en los bajos fondos de Jerez, donde convivió con putas, yonquis, quinquis y matones. Buscaba una confesión o una prueba que arrojara luz al caso de su hijo. El cineasta Benito Zambrano fue el director de una película sobre el caso y el actor Juan Diego encarnó a ‘Pepe El Gitano‘.

Juro que no voy a descansar hasta saber quién o quiénes mataron a mi hijo de forma tan salvaje aquella madrugada. No voy a morirme con esa duda.”

La España de finales del siglo pasado recuerda este caso con nitidez. Hoy en día, Paco Holgado es un señor mayor que no aparenta la edad que tiene, ya que se muestra ágil, delgado y vital. Ahora, apagados los focos que un día lo hicieron reconocible, dice que su lucha sigue, que el tiempo no podrá vencerle.: “Juro que no voy a descansar hasta saber quién o quiénes mataron a mi hijo de forma tan salvaje aquella madrugada. No voy a morirme con esa duda.”.

Antonia Castro , madre de Juan Holgado, acude cada día al cementerio

Tres meses antes de que se archivara definitivamente el caso de su hijo por la prescripción de los delitos, recorrió a pie 680 kilómetros para plantarse delante del ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, y arrancarle la promesa de que se seguiría investigando. Por su parte la madre, Antonia Castro, sigue acudiendo cada día a visitar la tumba de su hijo en el cementerio de Jerez.

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