Con una inversión cercana a los 150 millones de euros, el grupo inversor catarí Al Alfia Holding planea construir un rascacielos de 116 metros de altura en el dique de Levante del Puerto de Málaga. La edificación, ideada para albergar un hotel de cinco estrellas gran lujo, ha despertado un intenso debate entre la ciudadanía malagueña, claramente dividida ante la idoneidad del proyecto y su ubicación.
En síntesis, los que se posicionan a favor esgrimen dos grandes argumentos: la ciudad necesita más plazas hoteleras para impulsar el turismo de alta calidad y debe abrazar la modernidad y el desarrollo económico con proyectos de gran envergadura. Desde la esquina contraria del ring se llama a la defensa del paisaje y a preservar el ecosistema del litoral.
Los que se posicionan a favor esgrimen que la ciudad necesita más plazas hoteleras para impulsar el turismo de alta calidad y desde la esquina contraria del ring se llama a la defensa del paisaje y a preservar el ecosistema del litoral.
En el último Pleno del Ayuntamiento de Málaga, celebrado este jueves, 28 de enero, salieron a la palestra estos asuntos con motivo de una moción urgente planteada por el PSOE y Adelante Málaga, quienes solicitaron al equipo de Gobierno una consulta ciudadana que revelase la opinión de los malagueños respecto a la polémica torre. Como era de esperar, la moción fue votada en contra con los votos del Partido Popular, Ciudadanos y del concejal no adscrito, Juan Cassá. Horas antes de la sesión plenaria, el alcalde Francisco de la Torre mostró su inamovible postura al respecto, asegurando que el proyecto, a pesar de su impacto visual, “tiene más ventajas que inconvenientes” y que realizar esa consulta provocaría crear “jurídicamente una imagen de ciudad insegura” de cara a futuros grupos inversores.
Durante la sesión plenaria, celebrada telemáticamente, el portavoz del grupo socialista, Daniel Pérez, aseguró que la consulta era necesaria debido al creciente “sentimiento de rechazo” que se ha producido en la sociedad malagueña, e instó al alcalde a “ser valiente” y darle “la palabra a la ciudadanía. “Usted tiene miedo a realizar esta consulta”, apuntó. En la misma línea, el portavoz de Adelante, Eduardo Zorrilla, destacó que la construcción del rascacielos significará “una ruptura del patrimonio común del paisaje” y aseguró que si el Ayuntamiento se niega a realizar esta consulta es “porque desprecia el derecho a opinar de la ciudadanía”.
“Estoy en contra de la consulta porque creo que debe ser el pleno de esta ciudad el que debe guiar las estrategias y proyectos”, señaló Juan Cassá, que recalcó que lleva “cinco años apoyando este proyecto”. “Y creo que lo voy a seguir haciendo”, matizó. Por su parte, la concejala de Ciudadanos Noelia Losada resaltó que todo el proceso llevado a cabo para hacer realidad este proyecto es “sumamente garantista” y se mostró reacia a poner “decisiones técnicas y jurídicas en los hombros de los ciudadanos”.
Igualmente, el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, se manifestó a favor de la construcción y acusó al PSOE de cambiar de opinión sobre el proyecto: “Entendemos que se generen dudas, lo que no hacemos es escondernos detrás de una consulta ni decir hoy sí y mañana no”, dijo.
La intervención inicial de la moción corrió a cargo del director de cine malagueño José Antonio Hergueta, que participaba como portavoz de la plataforma ciudadana ‘Defendamos Nuestro Horizonte’, colectivo respaldado por más de 300 personalidades, entre arquitectos, abogados, escritores, catedráticos, músicos y artistas plásticos. Hergueta, cuyo cortometraje documental ‘Paraíso en llamas’ es candidato al Premio Goya, aseguró que el edificio planteado “es una aberración disfrazada de progreso”. “Lo que el presente y el futuro nos demanda es un horizonte limpio”.
El tamaño importa
El impacto visual que provocará el rascacielos diseñado por el arquitecto José Seguí es uno de los puntos que más acalora el debate. El mes pasado, los promotores anunciaron una reducción en la altura de la torre, pasado de los 135 metros del proyecto inicial a los 116, 62 que finalmente medirá. Aún así, el hotel superará a las populares Torres Kio (114 metros) del madrileño Paseo de la Castellana, a las Torres D’Oboe de Benidorm (114) y al edificio Colón de Barcelona (110). La última de sus 27 plantas tendrá dos veces la altura de la Torre de Pisa (57m) y será 23 metros más alta que la Estatua de la Libertad.
Además, su imponente altura obligará a las autoridades portuarias a apagar la mítica Farola, emblema del paisaje de Málaga. Con la construcción de la torre del Puerto la Farola dejará de ser operativa y cederá su funcionalidad lumínica para barcos a un nuevo faro que se levantará, previsiblemente, al otro extremo del dique de Levante. El coste de este faro se estima en 1,5 millones de euros.
Es uno de los pocos casos en los que nada tiene que ver tu postura política. Hay gente de derecha que está en contra y gente de izquierda que piensan que será positivo para la ciudad (Javier Ojeda)
Son muchas las voces que se han manifestado en contra de la edificación. Y desde La Calma Magazine hemos querido hablar con varios ilustres malagueños para conocer su opinión al respecto. El músico Javier Ojeda tiene muy presente que lo último que desea es que sus palabras sirvan para “aumentar la crispación” generada en torno a este tema. Lo que sí tiene claro es que el proyecto debería someterse a una consulta: “Es uno de los pocos casos en los que nada tiene que ver tu postura política. Hay gente de derecha que está en contra y gente de izquierda que piensan que será positivo para la ciudad. Solo por eso creo que debería opinar todo el mundo”, explica. También lo tienen claro respecto al impacto visual del futuro hotel: “No considero una buena idea darle un toque catarí a la ciudad con edificio así. En este caso el contraste es muy salvaje”. Otra de las dudas que inquietan al cantante está relacionada con el impacto ecológico que el hotel provocará en la costa. “No sé si este es un proyecto ideal para una ciudad que aspira a ser capital sostenible”, matiza.
El actor Salva Reina confiesa entender las diferentes posturas que ha despertado el hotel y entiende a quienes lo vean como elemento de promoción de la ciudad y generador de puestos de trabajo. Aunque al mismo tiempo cree innecesario levantar “un rascacielos en primera línea de playa” y que bien se podrían “trasladar todos esos esfuerzos turísticos a otro lugar de la ciudad”. El intérprete de ‘La isla mínima’ y responsable de La Cochera Cabaret confiesa que “la explotación urbanística pasada ha hecho mucho daño al litoral de la Costa del Sol” y se pregunta si no sería más adecuado “redirigir el proyecto a una nueva ubicación”.
Supondrá un grave impacto irreversible sobre la imagen y personalidad de Málaga (Guillermo Busutil)
El escritor y periodista Guillermo Busutil se posiciona contrario a una edificación que supondrá “un grave impacto irreversible sobre la imagen y personalidad de Málaga”. “El paisaje es la conciencia de lo que somos y no un solar de lo político y lo privado para, a pesar de las exigencias de la pandemia y las advertencias del clima, insistir en ficciones para el turismo y en las de Bienvenido Mr. Marshall”. El columnista y crítico literario cree que “el rascacielos es una herida de la vergüenza que Málaga no se merece”.
El veterano artista Enrique Brinkmann también se declara en contra de la torre del Puerto por distintas razones. La primera “porque rompería el paisaje de Málaga y acabaría con la verticalidad del mar. Además, considera que las obras de arquitectura “perturban la estética de la ciudad” a lo largo del tiempo, por lo que su efecto no es fácilmente reversible. “Si un cuadro es malo, pues acaba en el rastro y no molesta a nadie. Si yo fuese arquitecto, la permanencia de la obra sería una de mis grandes preocupaciones. El pintor entiende que la inversión catarí es “un pelotazo” ya que se va a llevar a cabo “en suelo público”.
Pero los detractores del hotel no son únicamente los firmantes del manifiesto ‘No a la ruptura del Patrimonio Cultural del Paisaje’ de la plataforma ‘Defendamos Nuestro Horizonte’, entre los que también se encuentran el barítono Carlos Álvarez, los escritores Julio Llamazares, Manuel Rivas, Manuel Vicent, Elvira Lindo y Elvira Roca, el cineasta Benito Zambrano y el cantante Miguel Ríos, instituciones como la Academia de las Bellas Artes de San Telmo y el Colegio de Arquitectos tampoco lo ven con buenos ojos. En el otro bando está la Confederación de Empresarios de la ciudad, que valoran la aportación económica, laboral y social del equipamiento hotelero.
Son muchos los malagueños que de forma independiente han mostrado igualmente su escepticismo sobre el proyecto. En marzo de 2018, durante la promoción de la serie ‘Genius: Picasso’, el actor Antonio Banderas confesó no ser muy amigo del edificio: “Yo hubiera pensado en algo más emblemático y quizá no con tanta altura. Puede que más expandido a lo ancho y que no hubiera producido un impacto tan poderoso en el litoral”. Hasta la Unesco se ha posicionado sobre este asunto. Lo hizo en 2018 a través de Icomos, el Comité español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, que elaboró un documento en el que aconsejaba al Ayuntamiento a “renunciar” al proyecto por su “impacto irreversible”.
Los más optimistas aseguran que los trabajos para levantar el hotel del Puerto podrían arrancar durante la primera mitad del año que viene, siempre y cuando el proyecto obtenga el beneplácito del Ministerio de Transporte y de la posterior aprobación del Consejo de Ministros. El controvertido cinco estrellas podría celebrar su noche inaugural en 2024, aunque para que llegue ese día aún quedan numerosos obstáculos sociales y administrativos por superar.
