Lo putrefacto y lo correcto

En este ‘peculiar’ inicio de siglo, en este año pandémico, en este tiempo de cruda crisis sanitaria, social, política, económica, territorial, de valores, de principios… no calculamos a saber dónde está situada la línea que nos marca el límite de lo políticamente correcto o incorrecto, de lo putrefactamente correcto o incorrecto.

La degradación en la convivencia diaria con nuestros semejantes, que aunque nos separen ideales y objetivos absolutamente dispares, sumado al oportunismo sin límite al que estamos sometidos minuto a minuto en este país y en esta sociedad para retorcerla hacia límites insospechados, dejan a Huxley o a Orwell como simples becarios de iniciación al cómic de autor.

Una cuestión es lo que pensamos, otra bien diferente es la que decimos y por supuesto no tiene nada que ver con la que hacemos.

Tres conceptos en principio en permanente conflicto, el subconsciente ya nos invita a ello, al conflicto, a la erosión política y moral de cada uno de nosotros.

¿Quién recuerda una vida normal sin que ello suponga un tremendo esfuerzo?, una vida de telediarios normales y de tertulias amenas donde la política tenía su pequeña parcela y donde otros ámbitos de la vida bastante más interesantes ocupaban más tiempo y más espacio y no precisamente en ningún disco duro y además nos enriquecían con una globalización antes sana, casi idealizada, ahora ya marchita y que ha resultado ser una trampa.

Nos estamos equivocando, todos, pero eso no es lo peor, lo peor es el tristísimo legado que ya les estamos dejando en herencia social a nuestros hijos y nietos. Les estamos poniendo en bandeja vivir aislados, condicionados, separados, señalados, marcados, vigilados y secuenciados.

¿Estamos a tiempo de revertir la situación actual? Políticamente hablando sí, pero putrefactamente pensando no. No tenemos ningún interés en que esto cambie. Es más, queremos y deseamos que la espiral vaya cada vez a más, a peor, aunque la consciencia nos indique el camino correcto, ahora manda el freudiano bisturí del subconsciente.

Victor González es diputado y delegado de Cultura en la Dipiutación Provincial de Málaga, secretario del Comité Electoral del PP Málaga y concejal de Benalmádena.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

0 £0.00