Los flamencos de Bioparc Fuengirola inician su cortejo

En la provincia de Málaga es una tradición admirar la llegada de flamencos a la reserva natural de la laguna de Fuente de Piedra, la más extensa de Andalucía y enclave único del Mediterráneo. Allí estas aves inician su ritual de cortejo, nidificación y puesta de huevos, pero no es el único punto de la provincia en el que ocurre.

En Bioparc Fuengirola, el equipo de Zoología trabaja desde hace varias semanas para garantizar que los más de cincuenta flamencos que alberga el parque tengan su habitual proceso de reproducción y puesta.

Cada mañana, desde el pasado mes de abril, este equipo prepara la playa de flamencos construyendo un entorno adecuado que garantiza unas condiciones óptimas para que estas aves comiencen con el apareamiento y la construcción de sus originales nidos de barro.

La escandalosa colonia aumenta cada año su población al llegar la época de cría, una fase que los flamencos delatan a sus cuidadores manifestando particulares movimientos. Una coreografía perfectamente sincronizada en la que los flamencos despliegan sus coloridas alas, estiran el cuello, giran la cabeza de lado a lado o caminan juntos cambiando de dirección de forma inesperada. Es el momento del cortejo, punto de partida de su reproducción.

A lo largo de todo este proceso, el equipo lleva un control exhaustivo de los huevos que incuba cada ave y de los ejemplares que saquen pollos adelante. Tras la puesta, tanto el macho como la hembra se turnan para incubar el huevo durante un periodo que puede alargarse hasta 30 días; un proceso en el que se interfiere lo menos posible, dejando que la incubación sea totalmente natural por parte del padre y la madre.

Un mes después de la puesta se produce la eclosión, momento que llega cuando el nido alcanza un nivel óptimo de humedad. Este se logra gracias a la inundación continua de la zona y el trabajo diario que el equipo de zoología realiza en la playa.

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