Ya lo dijo Pepe Mel al concluir el partido Málaga-Villarreal B (1-1) en La Rosaleda. Manifestó que en el fútbol las sensaciones no puntúan y que lo que importa realmente son las victorias, sobre todo, cuando ese empate le ha situado último en la clasificación de Segunda.
La declaración de intenciones del nuevo entrenador del Málaga CF se sitúa dentro de la ambición que desea mostrar el técnico experimentado, pero la grada valoró de forma positiva ese nuevo formato malaguista que supera en impresiones al equipo dirigido por Pablo Guede.
Mel se ha ganado un margen de confianza para afrontar las próximas jornadas después del comienzo de un equipo que ha protagonizado continuadas decepciones.
Se observaron las carencias de plantilla en la presentación de Pepe Mel y esas negatividades quizás hayan que enmarcarlas en el débito del director deportivo.
Ahora cada jornada se convierte en determinante. El sábado tiene la oportunidad de abandonar el farolillo rojo en el campo del Racing de Santander -penúltimo clasificado- . Y después le toca ganar en La Rosaleda al Andorra después de demasiado tiempo. Sin prisa pero sin pausa, porque aunque solo hayan transcurrido siete jornadas, Las Palmas y Alavés le sacan 11 puntos de ventaja al equipo hecho para ascender según declaraciones del vestuario.
