Meterse en la piel

‘No me toques los vinilos’

Me horrorizan las armas, el simple contacto con ellas me produce escalofríos, lo conozco porque pertenecí obligatoriamente al servicio militar de la época.

Cada miércoles, yendo en el camión al campo de tiro en el Padul, pasaba uno de los peores momentos de lo que para mí fue la mayor perdida de tiempo de mi vida. Cuando disparaba a la diana, en mi cabeza, había un estallido aún mas fuerte que el sonido del disparo del cetme. Al principio, incluso lo hacía con los ojos cerrados, no queriendo mirar, por suerte, como todo se acabó.

Por un segundo me gustaría entrar en la mente del que dispara, sentir lo que siente (si siente), al quitarle la vida a un ser que quiere vivir. Por más que lo intento creo que nunca lo sabré, quizas porque no haya nada que entender.

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