Políticos rock-stars

Creo recordar que era Felipe González el que llenaba hasta la bandera aquella plaza de toros, en lo que fue el primer mitin televisado de mi vida. Mientras cenaba en aquel momento y pese a la emoción de mis padres ante sus palabras había algo que me ‘chirriaba’. Esa sensación me ha acompañado toda mi vida cada vez que amenazan elecciones y los políticos se visten de campaña.

Me parece ridículo todo el espectáculo que montan. Los mítines, los debates televisados, los anuncios en la radio, los carteles que buscan el lado más humano del candidato aunque escasee, los paseos por el mercado fingiendo interés por lo que el pescadero les cuenta, los apretones de manos con el agricultor al que tienen olvidado, las carreras por conseguir ‘pole position’ en la manifestación para el álbum de fotos del manual del buen político, el pellizco en el moflete al niño del pueblo que toca visitar, las obras e inauguraciones por todos lados… En fín, un circo en toda regla.

No me veréis nunca en un mitin con pegatina y bandera del partido, aclamando y vitoreando en cada pausa estudiada de un texto que ni ellos mismos escriben. No seré yo el que persiga al candidato a empujones entre la multitud para conseguir el autógrafo o una foto como si de una estrella de rock se tratase.

A esos fans les bastaría con leerse el programa electoral (cuestión que la mayoría no hacen) y votar al que mas le convenza, a sabiendas de que no cumplirán ni la mitad de las promesas.

Hemos encumbrado a la clase política, hemos permitido que se crean dioses y no extraña. Tienen poder, sueldos que no se parecen en nada a los de a pie, mas otros beneficios ( dietas, pagas vitalicias, puertas giratorias..). Viven en general apartados de la realidad en la que se encuentran sus votantes y así es muy difícil reconocer y resolver los problema, si es que es eso lo que les importa.

Me preocupa esta nueva forma de hacer de la política un espectáculo, lleno de enfrentamientos, descalificaciones, insultos y faltas de respeto. Me preocupa por el calado en la gente, por la normalidad que se le está dando, de igual manera que a la mentira y a la corrupción. No creo que sea el camino ni la solución.

Tenemos difícil cambiar esta tendencia. Se han convertido en estrellas, como un actor, futbolista o cantante. Han aprendido a vivir aparte, saben actuar, regatear incluso hacer ‘peinetas’ como toda una estrella de rock.

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