Tecla Lumbreras, en la terraza de su casa (Foto: Antonio Pastor)

Tecla Lumbreras, el arte construye la identidad de un país

El arte en Málaga tiene nombre luminoso y agitador de mujer culta, innovadora, con elegancia de ser, de escuchar, de hacer. Tecla Lumbreras, gestora, comisaria y profesora es el espíritu Chanel de una creatividad que consiste en darle espacio, voz y juego a las ideas rebeldes, a la estética de lo diferente, y de hacer de los nuevos lenguajes una manera de abrir los sentidos. La conocí cuando la entrevisté como sirena del arte al frente de la galería del Colegio de Arquitectos, y ahora, 33 años después vuelvo a conversar con la gestora de juventud sin edad, con una sonrisa sin caducar ni siquiera ante el dolor, y con una efervescencia de ideas con las que continúa haciendo del arte una celebración de la creatividad y de la vida.

¿Qué es el arte?

Una forma de conocer el mundo a través de la mirada diferente que tienen los artistas. En mis muchas derivas con ellos he disfrutado de las cosas que ven, de las realidades paralelas que su sensibilidad descubre y distinguen con sus obras. Los artistas se adelantan a su presente y ven el futuro. Por eso el arte es siempre vanguardia. El arte construye la identidad y el relato de un país y por esta razón en este momento económico y social tan complicado es importante invertir en sus manifestaciones, cuidar a los creadores, aprender de los países que viven de la mirada con la que nos han contado los artistas.

¿Hay que apostar entonces más por el arte como subversión que por la subvención del arte?

Sin duda alguna, porque esa mirada de la que hablamos no es la de los demás, y no se trata de ir en contra sino de proponer otras posibilidades, otras formas de lenguaje sobre la realidad, las emociones, el imaginario, el mundo. La creatividad es fundamental en cualquier campo del conocimiento. Sin ella poco o nada se aporta a la ciencia o a las humanidades.

La creatividad es fundamental en cualquier campo del conocimiento. Sin ella poco o nada se aporta a la ciencia o a las humanidades.”

Tecla Lumbreras en los ochenta (Foto Arciniega)

¿Cómo se nace una gestora cultural?

Primero con la suerte de tener una familia tejida de lecturas y de pintura, de una sensibilidad cultural compartida por las mujeres y los hombres de la misma, y como casi todo en la vida mediante el viaje. En mi caso a París para unas vacaciones en las que terminé ingresando en la mejor universidad informal que he conocido, y en la que limpiaba una oficina de películas de serie B, donde me quedaba con recortes de las cintas y los carteles que tiraban, y también en el metro donde mi pareja tocaba y de dónde nos contrataron para tocar en la facultad de Bellas Artes, mientras los alumnos dibujaban. Más tarde en una casa de subastas donde un día encontré tirado en la puerta un rulo para guardar dibujos, y me lo llevé a mi casa donde lo tuve dos años sin abrir. Al regresar a Málaga lo hice y encontré que había un dibujo de Matisse y otro de Raoul Dufy hechos por Elmyr de Hory el famoso falsificador.

¿Están las casas de subastas sustituyendo a las galerías?

Indudablemente la historia ha cambiado. Vivimos en un mundo globalizado en el que hay un lobby de gestores, comisarios, directores de museos que deciden qué artistas son los que interesan y los artistas que no, y esto nos lleva a la pregunta dolorosa de ¿en un mundo globalizado cuántos artistas españoles caben? Uno o ninguno. En ese sentido Málaga ha apostado por el binomio ocio/cultura, por los museos franquicia y en lugar de crear un ecosistema del arte se han cerrado galerías. Los artistas locales y nacionales están sin espacios expositivos. Es tremenda la demanda que tenemos en el Vicerrectorado para hacerlo en la sala del Rectorado o en Espacio Cero del Contenedor.

¿En un mundo globalizado cuántos artistas españoles caben? Uno o ninguno.

Tecla Lumbreras, en el Colegio de Arquitectos (Foto: Pepe Ponce)

Y eso que la cultura parece no interesarle mucho a la gente joven.

Se trata de cambiarles el concepto, la mirada que tienen. Mis alumnos de Comunicación asocian la cultura con el aburrimiento porque la vinculan con la ópera y los museos, y un día les dije que la cultura ha sido siempre un espacio donde nos hemos divertido y ligado. A partir de ese diálogo me han hecho propuestas novedosas como la de abrir un perfil en Tinder. “Si quieres conocer el amor ven al Contendedor Cultural”. Y vamos a hacer también un First Dates. En Alemania los supermercados han hecho algo parecido. “Si eres soltero y quieres conocer a una pareja ven al Súper”.

Esto recuerda los inicios de los ochenta con acciones como la de Arte en el supermercado que llevaste a cabo en el Colegio de Arquitectos, el laboratorio expositivo de la movida malagueña

En esos años Miguel Fernández Cid, una de las voces más autorizadas del arte en ese momento, dijo que más allá de Madrid y de Barcelona había dos centros que vivían su particular movida, Málaga y Vigo. Fuimos pioneros en muchas cosas. Introdujimos la fotografía cuando no se consideraba aún disciplina artística, la moda que años más tarde entró en el Metropolitan, el body art con el ‘Adornar el cuerpo, adornar el espacio’, nos trajimos de Torremolinos, el Marcos Mini Bar, con su dueño y su clientela y lo pusimos en el Colegio. Mucho después el Reina Sofía hizo algo parecido. Por estas cosas de entonces el año pasado el Festival Moments me dio un premio, y me regalaron una camiseta que pone ‘Todo lo que se te ocurra ya lo hizo Tecla en los 80’. Pero esa eclosión del arte en Málaga no hubiese existido sin la labor en los 70 de Colectivo Palmo, Gravura, 7/10 donde trabajé, y donde la falta de infraestructuras para el arte de aquel presente, igual que sucede ahora, llevó a los artistas a unirse en colectivos y espacios alternativos, lo mismo que se hace con iniciativas como La casa amarilla.

Todo lo que se te ocurra ya lo hizo Tecla en los 80”.

¿Cuándo dejó el arte de ser una fiesta para convertirse en resaca?

Sé que estás pensando en la misma exposición que yo ‘Cocido y crudo’ en el Reina Sofía. Aquello supuso el divorcio con los 80 y lo que Dan Cameron llamó la desintegración del arte. Antes habíamos pasado de golpe del blanco y negro al color, hijos de esa frase de Le Carré, soy amante de la novela negra, de “éramos jóvenes y pagaban lo suficientemente mal como para tener unos amigos decentes”, y protagonistas de una transversalidad que permitía que un artista fuese comisario, que un poeta fuese crítico de arte, y la creatividad fuese una eclosión colectiva. Con esa exposición del 94 se dejó atrás la filosafía participativa y el impacto de los 80.

Casi en ese mismo año dejas la Dirección del Colegio, te vas al paro y descubres que tienes buena estrella.

Siempre la he tenido en el mundo profesional al que he dedicado mi vida, en el arte que es mi historia. En el paro descubrí que si quieres ser feliz sé jardinero, y que si tu pasión es el arte sé aventurera. Entonces emprendí con Inmaculada Jabato la apertura de La Buena Estrella en el Málaga Plaza, el centro comercial que nos lo facilitó porque a ellos les venía bien como publicidad. En la galería hicimos talleres, recitales, ciclos de cine como el dedicado a Jess Franco que apareció un día de repente y fue maravilloso. Nos contó anécdotas sobre Klaus Kinski con quién había trabajado en los 70 y contrató a un joven Pedro Temboury para rodar Kárate a muerte en Torremolinos, y en el Onda Pasadena la película ‘Ellos robaron la picha de Hitler’ en la que salí de figurante.

si quieres ser feliz sé jardinero, y si tu pasión es el arte sé aventurera”

Tecla Lumbreras (Foto: Pepe Ponce)

Esa misma estrella es la que le regalas a los creadores malagueños cuando desde tu dirección del Centro Cultural de la Diputación los proyectas en Madrid y en la feria de Arco.

Esa etapa fue estupenda. Por vez primera llevamos a los realizadores malagueños al Círculo de Bellas Artes de Madrid, como apuesta por el cortometraje y el documental, con el ciclo ‘Málaga se proyecta en Círculo’. Al mismo tiempo apostamos por artistas emergentes, y otros consolidados, con un stand en Arco y además propusimos a Diputación que comprase en galerías andaluzas de artistas contemporáneos para incrementar el patrimonio. Y también fue la primera vez que organizamos exposiciones de artistas mujeres.

No te olvides de la sala Alameda a la que trajiste a Warhol y a Noland en el 2000

Una pena que se perdiese esa sala magnífica en la que tuvimos exposiciones de Pepe Aguilera, de Diego Santos, el arte electrónico y el salón digital de Nueva York, y esa exposición con Las nubes de Warhol por las que tuve que adelantar el dinero de mi bolsillo para asegurar que viniese, y luego me echaron la bronca por haberlo hecho.

Recogiendo lo de comprar arte, ¿existe posibilidad de reconciliación en esa pareja rota de las instituciones, públicas y privadas, y la inversión en arte?

Si, yo tengo esperanzas. En El Contenedor vamos a hacer un itinerario de arte urbano y hemos contado con apoyo de Unicaja y de San Miguel. El problema es que en otras capitales la burguesía económica entiende la cultura como parte de su identidad, en Málaga en cambio la burguesía del ladrillo no la apoya ni como conocimiento, placer de la sensibilidad, ni siquiera como inversión. Es fundamental que se eduque en el gusto por el arte y como cultura y deje de entenderse como un mundo de minorías. En ese sentido en el Contenedor de la Universidad apostamos por crear esos nuevos públicos.

en otras capitales la burguesía económica entiende la cultura como parte de su identidad, en Málaga en cambio la burguesía del ladrillo no la apoya como placer de la sensibilidad, ni como inversión”

Tecla Lumbreras en la inauguración del Fancine 2018

¿Es el Contenedor un reencuentro con lo que supuso el Colegio?

Totalmente, en su gestión he vuelto a lo que siempre me ha interesado que es apostar por el presente y el futuro de los nuevos creadores, sin olvidar el pasado. De hecho quise que María Eugenia Candau, quién me abrió el Colegio junto con Ignacio Díaz Pardo, fuese la madrina de la inauguración, acompañada por su nieta, dos épocas de la mano.

Guillermo Busutil y Tecla Lumbreras (Foto: Antonio Pastor)

Gloria Moure, Rosina Gómez Baeza. Juana de Aizpuru. Tecla Lumbreras. ¿El arte de las últimas décadas del siglo XX es mujer?

Muchas gracias por emparejarme con ellas. Bueno, me dieron hace un año el Premio a Mujeres en las Artes visuales como gestora y comisaria por mi labor, y supuso un emocionante reconocimiento de fuera a una trayectoria que, al igual que otras, ésta ciudad madrasta es tan poco dada a reconocer. En el mundo del arte las mujeres siempre han cumplido un papel muy importante. Y a pesar de que las direcciones de los museos y centros de arte suelen estar ejercidas por hombres, las estructuras de los espacios son mujeres. La diferencia es que en el arte domina el ego del yo soy la exposición del hombre, frente al nosotras somos el proyecto de la mujer.

La diferencia es que en el arte domina el ego del yo soy la exposición del hombre, frente al nosotras somos el proyecto de la mujer”

Fondo de galería

Diego Santos. Fue un inspirador y una figura fundamental. Me enseñó a montar exposiciones y que el éxito de cualquier exposición es precisamente el montaje. En el Contenedor me llaman la reina del gusto porque suelo cambiar el trabajo de los comisarios y mejorarlo con su convencimiento.

Frank Rebajes. Él es la Costa del Sol. El sueño de Diego Santos y mío de ver abierto el Museo del Relax en esta época de inventar museos franquicias desde el que contarles a los guiris que ellos ya han estado aquí.

Carlos Canal. Está unido a Diego, a Juan Antonio Ramírez y a mí en ese sueño, y fue importante en mi interés por la mirada y la creatividad de la fotografía.

José María Córdoba. Un artista fundamental porque me puso en contacto con artistas suecos, daneses y holandeses muy interesantes e innovadores que traje al Colegio.

El grupo Bellavista. Una pandilla de artistas estupendos, hedonistas, brillantes y buenos amigos como Carlos Durán, Dani Muriel, Bola Barrionuevo, Chema Tato, Plácido Romero.

Chema Lumbreras. Un artista fantástico en el que siempre he creído mucho y que cada vez tiene más reconocimiento. Es una putada para él que sea su hermana. Nunca he podido hacerle una exposición.

Tecla Lumbreras siempre me sorprende. Esta vez es desvelándome el corazón de un cuaderno negro repleto de textos en rojo, de rutas, de dibujos y cromos de mujeres, citas, huellas de amores, besos en una esquina. Su bella y elegante caligrafía de puntillas por la intimidad de los sueños, la imaginación de los proyectos, y citas de sus autores favoritos. En la página final de lo que espero algún día sea un libro una de Marcel Schwob: “Yo he salido de la noche, y volveré a la noche”. Si ella me lo permite yo le pondría en el prólogo de su Diario una suya: “Siempre creí que me había movido el amor al arte y a la cultura, pero realmente mi motivación es el amor a la gente”.

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