Tiger Woods iba demasiado rápido. El golfista estadounidense conducía casi al doble de la velocidad permitida (72 km/h) cuando sufrió su último accidente el pasado 23 de febrero en California, según informó el sheriff del Condado de Los Ángeles, Alex Villanueva, en rueda de prensa.
Woods, de 45 años, tuvo que ser rescatado de su vehículo y fue intervenido de las múltiples lesiones que sufrió en su pierna derecha. Tras las investigaciones, la policía acaba de concluir que el jugador chocó contra un árbol a 135-140 kilómetros por hora tras «no detectar ningún frenazo».
«La principal causa de la colisión fue que conducía a una velocidad inapropiada para las condiciones de la carretera y fue incapaz de negociar la curva».
Álex Villanueva / Sheriff del Condado de Los Ángeles
«Probablemente confundió el pedal del acelerador con el freno antes del impacto»
Alex Villanueva / Sheriff del Condado de Los Ángeles
El golfista californiano, ganador de 15 ‘grandes’, recibió el alta hospitalaria a mediados de marzo y desde entonces se recupera en su domicilio. «Estoy muy agradecido por la gran cantidad de apoyo y ánimo que he recibido durante las últimas semanas», indicó en un comunicado tras su vuelta a casa.
