La frase ‘El Unicaja ha vuelto’ simboliza el regreso del baloncesto malagueño a la élite. El club y la ciudad cuentan con currículum en el deporte de la canasta: Ciudad Fortín con el triple de Ansley y Javier Imbroda, la Korac con Maljkovic, y sobre todo la Liga de Vitoria y la Copa de Zaragoza con Scariolo en el banquillo.

De aquellos festejos disfrutaron Alfonso Queipo, José María Martín Urbano y Javier Imbroda. Ellos representan al baloncesto malagueño, al igual que Miguel Robles, el abuelo más querido del basket nacional, y tantos otros, como Paco Rengel, que han formado parte de esa ‘familia y uno más’ siempre abierta sin mirar DNI. A este quinteto le hubiera encantado asistir este lunes al paseo de los campeones y por ello es obligatorio recordarlos.

Los malagueños, a veces, no valoramos la amplitud de miras de nuestra ciudad. Aquí se fusionaron los cajistas y los de Maristas, y unidos bajo la camiseta verde hasta nuestros días.
Y este lunes de resurrección cuenta con nombres ilusionantes: Ibon Navarro, Alberto Díaz, Brizuela, Perry, Barreiro, Carter, Osetkowski, Kalinoski, Kravish… Ellos son los nuevos protagonistas. Esperemos que el patrocinador corte la fuga de talentos. Unicaja siempre ha respondido con financiación. Al nuevo banco le corresponde ahora evitar esos interminables tiempos muertos.
