A la segunda tampoco fue la vencida. El segundo lanzamiento de la nave Starship, de la firma SpaceX, tuvo el mismo resultado que el primero: una explosión.
La nave no tripulada SN9 se elevó hasta una altura de 10 kilómetros y luego inició sin aparentes problemas la maniobra de aterrizaje. Un descenso controlado a poca poca distancia de la zona de despegue, en la costa de Texas.
Pero algo falló y se produjo una brutal explosión. El mismo resultado que el prototipo SN8, que hace un mes terminó impactando contra el suelo y explotando de manera inesperada.