Y Tamames unió un gobierno roto

No cabe duda de que la moción de censura presentada por Vox —y van dos— despertó bastante interés. Muestra de ello fue las ratios de audiencia de su transmisión. Pero una moción avocada al fracaso desde que se anunció no podía despertar demasiado interés político, sino más bien curiosidad.

Que iba a ser esperpéntico que un ex comunista de 89 años fuera el candidato de la derecha radical a presidir el país estaba bastante claro. La pregunta más bien era hasta qué grado podría llegar.

Ramón Tamames durante su discurso en la moción de censura

Cuando yo me matriculé en la Autónoma de Madrid la carrera de Económicas en 1989, uno de mis anhelos era tener de profesor al catedrático Ramón Tamames. Dos años después lo tuve en Estructura Económica de España. Fui de los que me tuve que estudiar su conocido libro. Una vez llegaba unos minutos tardes a su clase, le pedí permiso para entrar. Me lo concedió y al verme en la mano con su libro me dijo “buen libro lleva usted, señor Sichar”. Se le achacará su vanidad, pero yo lo atribuí a un buen sentido del humor.

De Tamames se decía que no venía a clase. Era falso. Que las reediciones de su libro se las hacían los mejores alumnos, y que él no corregía los exámenes»

De él se decía que no venía a clase por sus muchos compromisos. Eso era falso. Vino a clase puntual todos los días que tocaba su asignatura.

Se decía de él también que las reediciones de su libro se las hacían los mejores alumnos, a los que ‘pagaba’ concediéndoles matrícula de honor. Y también que él no corregía los exámenes. Una vez me preguntó “¿Qué nota ha sacado?” y le contesté que un 6. “Esperaba más de usted, habrá que revisarlo”. Yo le dije que también esperaba más, pero finalmente no pedí revisión, y me quedé con la duda de si el examen me lo corrió él o un colaborador.

En una ocasión nos invitó a unos pocos alumnos al Casino de Madrid para presentar su bodega. Nos regaló una caja de vino a todos los estudiantes que asistimos.

Disfruté mucho sus clases. Me llamó la atención que era capaz de señalar algunos aciertos, por ejemplo, de la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. Cuando me dio clases llevaba ya dos años en el CDS, habiendo dejado su militancia en el PCE en 1981 y aquel experimento de Federación Progresista donde había muchos otros compañeros de su departamento, algunos de los cuales fueron también profesores míos.

Ramón Tamames formó parte del CDS liderado por Adolfo Suárez

He hecho esta, quizá algo larga, introducción para advertir al lector sobre mi admiración al profesor Tamames. Y dentro de lo desacertado que me parecía que Vox diese por segunda vez un balón de oxígeno a Pedro Sánchez a través de una moción de censura avocada al fracaso, he decir que el candidato elegido me pareció una buena maniobra. Pero solo para Vox.

No creo que el dirigente ex comunista se haya prestado a una moción de censura por su ego. Creo que ha querido hacer un último servicio a España»

No creo que el dirigente ex comunista —y actualmente globalista para los trumpistas de Vox— se haya prestado a una moción de censura por su ego. La reducción de su discurso y la renuncia a algunas réplicas lo atestigua. Realmente creo que, con su avanzada edad, ha querido hacer un último servicio a España.

Si nos olvidamos que era el candidato de Vox, creo incluso que cualquier moderado puede estar de acuerdo con su discurso en líneas generales. Se atrevió a decir cosas que están muy silenciadas, como la relación actual de sumisión con Marruecos, pero que un hombre de casi 90 años no tiene por qué callar. O algo tan obvio en el análisis de cualquier guerra —menos en nuestra guerra civil—, que en toda guerra no hay un bando donde se acumulen todos los atropellos. Y que la Segunda República no fue tan angelical. O que el gobierno de Pedro Sánchez no respeta la división de poderes; o que en Cataluña se debe respetar que se den las clases en al menos un 25% en castellano. Que este gobierno está apoyado por los que hasta hace poco apoyaban el terrorismo.

Buena argumentación, pero el resultado global de la moción, más allá de su resultado aritmético, fue penoso. Un hombre mayor que apenas podía leer el discurso, que olvidó las gafas para leer bien sus notas, que fue ninguneado con la ausencia del líder de la oposición… y que sirvió para echar un cable al presidente del Gobierno y para poner pegamento a una coalición gubernamental que hacía aguas hasta entonces.

Se puso de relieve la vasta cultura de Tamames, en contraste con algunos diputados que parecen analfabetos funcionales»

Es cierto que se puso de relieve su vasta cultura, en contraste con algunos diputados que parecen casi analfabetos funcionales. Pero dictar una clase de Historia a unos ‘alumnos’ aborregados no se parece ni por asomo a una moción de censura. Esta herramienta constitucional consiste en señalar las debilidades del actual presidente y confrontarlas con un programa de gobierno sólido, por mucho que la moción solo fuera para convocar elecciones… que además luego ya sabemos que éstas se retrasan.

El balance final de esta moción de Vox ha servido para:

  • Dar un balón de oxígeno para el PSOE y el gobierno de coalición. En unos días que deberíamos estar hablando de la corrupción de este partido con su caso Mediador, Cuarteles, María Gámez, la posible asistencia de Patxi López a al menos una cena en el Ramsés… se habla de una fracasada moción de censura.
  • Fortalecer el liderazgo de Yolanda Díaz, y el que Podemos decida acompañarla o seguir menguando electoralmente es algo que queda más en el tejado de los morados que entre las preocupaciones de la gallega.
  • Que el Partido Popular —el verdadero objetivo a batir de Vox y que en realidad era a lo que apuntaba la diana de la moción— salga indemne, alejándose de los extremos y mostrándose como solución a tanto desvarío de uno y otro lado. Prácticamente con que vaya en punto muerto hasta el 28 de mayo, tiene asegurada una aplastante victoria.
  • Y por último, ha servido para que Vox comience el rápido declive al que tarde o temprano llegan todos los partidos que han tratado de romper el bipartidismo.
VOX no ha tenido el resultado esperado en la moción de censura contra el Gobierno

¿En cuál de estos cuatro puntos ha salido ganando Vox? Obviamente que en ninguno. ¿En alguno ha ganado al menos el espectro de votantes de Vox? Pues aquí sí, al menos afectando a su electorado menos radicalizado. Y es que ahora tiene más claro que es más útil volver a votar al PP que a los experimentos de Santiago Abascal y compañía. Y de este modo, aglutinando el voto de derecha y centro-derecha, este bloque sale ganando, pero claro, eso no obedece a los intereses de Vox.

Gonzalo Sichar es doctor en Antropología y licenciado en Económicas. Profesor de Antropología en la UNED.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

0 £0.00