«Arrimadas abandonó a sus votantes en plena luna de miel»

Antonio Linde previó hace un año este final para Cs en el libro ‘Ineptocracia naranja’

Hace una semana entrevistamos al exportavoz de Ciudadanos en Torremolinos con motivo de su libro ‘Ineptocracia Naranja. Debacle de Ciudadanos y patología política española’ (Última Línea). Solo unos días después todo el país habla de la debacle de Ciudadanos.

P- Usted ya preveía en su libro que Ciudadanos estaba yendo por unos derroteros que solo le conducirían a un desastre. ¿La realidad ha superado a la ficción?

R- Efectivamente, basándome en el análisis de los vicios internos de la formación naranja, anticipé que no cabía esperar nada bueno. Lo que me ha sorprendido es la rapidez y torpeza con que este partido se ha lanzado al desastre. Los de Arrimadas no han hecho más que dar bandazos. El último ha sido de traca: ¿Se acuerda cuando hace poco tiempo Arrimadas y sus acólitos —y antes, Rivera— repetían hasta la náusea lo de “la banda de Sánchez”? ¿Y ahora se les ocurre pactar con la que ellos llamaban una y otra vez “banda de Sánchez”? Solo porque están tan desesperados que no saben cómo intentar salvar los muebles. Mire cómo han acabado. Ciudadanos está en caída libre.

P- Desde hacía tiempo había gritos que pedían que Arrimadas reemplazara a Rivera. Pero ha resultado ser un fiasco enorme. ¿Su liderazgo llegó tarde y quemado por ‘huir’ de Cataluña?

R- Inés Arrimadas abandonó a sus votantes catalanes en plena luna de miel. Hay dos teorías sobre eso: una, que lo hizo obedeciendo a Rivera, que la quería en Madrid para apuntalar su asalto a la Moncloa. Otra teoría, por ejemplo la defiende Juan Carlos Girauta, es que ella presionó para saltar a la política nacional. Da igual. Tanto si lo hizo por sumisión al jefe como por desbordada ambición personal, lo cierto es que dejó al electorado catalán frustrado y huérfano. Fue inoportuno e inmoral.

Después, Arrimadas ha hecho gala de cerrazón y soberbia notables. Además, una vez sale de sus temas ya sabidos: ámbito catalán, antinacionalismo, le ocurre algo muy frecuente a los nuevos políticos: no tienen suficiente formación y dependen de cuatro consignas y argumentarios del día. Solo están pendientes de las encuestas. Son unos ‘demoscópatas’. Póngalo entre comillas porque creo que es un término que me acabo de inventar.

Algo más, Arrimadas ha cerrado en falso todas las crisis por los pésimos resultados de Ciudadanos, sin autocrítica ni debate, sin reformar nada. Los detalles son a veces muy reveladores: en la trascendental reunión del Consejo Permanente del partido del día 15 de marzo, tras el fiasco de Murcia, no admitieron preguntas, ni siquiera la presencia de periodistas. Tuvieron en la calle a los periodistas, sobre ascuas, todo el día. Uno de ellos se quejaba de que ni les permitieron utilizar los aseos de la sede de Ciudadanos. Y se quejaban del plasma de Rajoy o de las ruedas de prensa manipuladas de Sánchez. ¿Ciudadanos era el partido que iba a traer transparencia a la democracia española?

«Que el PP reclute a gente proveniente de Saldos Ciudadanos no le va a ayudar nada»

Desde que Ciudadanos empezó su debacle electoral siempre han dado la misma explicación: “nos ha fallado la comunicación”, “no hemos sabido comunicar”. Llevan razón, pero no por lo que ellos creen. Es que hace tiempo que los electores no comprenden al partido naranja porque no hace más que dar absurdos bandazos buscando el medro personal. Como le he leído a Ignacio Camacho, “Cs tiene un problema con sus votantes. O no le gustan o no los conoce bien, o ambas cosas, y se pasa el tiempo tratando de captar a otros… que no le votan”.

Antonio Linde, autor de ‘Ineptocracia naranja’

P- El Partido Popular parece que no va a hacer ascos a nadie. Ya ha incorporado al polémico Fran Hervías. ¿Todo vale en la ‘opa hostil’?

R- Que el PP reclute a gente proveniente de Saldos Ciudadanos no le va a ayudar nada. Una cosa es fichar a algún intelectual o alguna voz crítica de Ciudadanos (pienso, por ejemplo, en Cantó o en Igea) y otra muy distinta es asimilar a quienes ya contribuyeron al desastre del partido naranja.

Algunos atribuyen a Fran Hervías, en su período como secretario de Organización, el éxito de la implantación nacional de Ciudadanos. Le apodaban Mr. Lobo. Pero conviene recordar en este punto el papel de Hervías. Con la excusa de limpiar el partido de corruptelas y malas hierbas empezó a expulsar también a personas valiosas, críticas, heterodoxas (dentro de su lealtad a los principios).

La vara de medir no era, sin embargo, igual de exigente para todos. Cuando uno va de liquidador de corruptelas no puede aprovechar su cargo para beneficiar a las personas próximas y a sí mismo. Fran Hervías, por ejemplo, pidió ‘flexibilidad’ cuando los medios publicaron que su pareja sentimental, Virginia Millán, presentó, en unas primarias para decidir quién concurría en las listas al Congreso de los Diputados por Sevilla, un CV donde declaraba méritos que no tenía. Virginia Millán fue diputada. Después colocaron en el Instituto Andaluz de la Juventud (empresa pública de la administración paralela de la Junta de Andalucía) como asesor a Javier Millán, recién graduado, cuñado de Fran Hervías y hermano de la mencionada Virginia Millán. Vean las hemerotecas.

Lo he explicado en otros lugares, lo que hicieron los Hervías y Cía fue poner la línea de mando intermedia del partido en manos de gente mediocre, autoritaria con los de abajo y obediente con los de arriba. Deberían haber reforzado la estructura interna del partido, captar talento y apostar por el municipalismo. Pero no lo hicieron. Estos días le he leído a Juan Marín que van a cuidar el municipalismo y a la afiliación. A buenas horas.

Algún analista ha dicho que hace muy bien el PP en acoger a Hervías en sus filas porque conoce persona a persona a los de Ciudadanos. Apañados van si hacen caso del criterio de Hervías para fichar talentos o reorganizar el partido. En fin, da igual. Ciudadanos es “el increíble partido menguante” y pronto ese conocimiento será irrelevante. Hay una hemorragia de cargos públicos en los últimos días en el Senado, en el Congreso, etc. Es especialmente grave porque son muy pocos y van camino de una agonía, no sé si más o menos larga, pero dolorosa.

«Es penoso que los nuevos partidos, llamados a regenerar la vida política, hayan frustrado las ansias de cambio del país entero»

P- ¿Estos movimientos no desprestigian al PP y al final contribuirá a que aumente su crecimiento Vox?

R- En cuanto a Vox, como pasa con todas las formaciones más radicales, mejorará si aumenta el descontento de la población o la frustración con los partidos moderados, si la situación social se tensa. Como ha ocurrido a lo largo de la historia con todos los populismos o posiciones más extremas.

Me parece de un cinismo considerable las posiciones de PP y PSOE cuando se quejan de la emergencia de partidos más extremos. En primer lugar, ellos han contribuido y están contribuyendo a su ascenso para medirse con rivales que puedan demonizar fácilmente. Rajoy lo hizo con Podemos y Sánchez lo hace con Vox. En segundo lugar, si partidos más radicales amplían su espacio en el espectro político es por lo mal que lo hacen los partidos tradicionales. Si los partidos moderados lo hicieran razonablemente bien no tendrían que lamentarse de que Vox, Podemos o los nacionalistas se los coman por los pies. No sirve quejarse. PSOE y PP se han alternado en el poder y ellos son responsables de la situación actual. Es penoso que todo vaya camino de la radicalización. También que los nuevos partidos, llamados a regenerar la vida política, hayan frustrado las ansias de cambio del país entero.

P- Si el PP no aumentase mucho su poder, va a tener que repartir lo mismo entre mucha más gente. ¿Cómo lo gestionará?

R- En Ciudadanos son muy pocos y no van a ejercer una gran competencia en la lucha por los recursos políticos (sillones, nóminas y prebendas). A Ciudadanos, las próximas elecciones en la Comunidad de Madrid les va a quitar toda capacidad de maniobra. Pero cuidado. Quienes usurparon la marca Ciudadanos se han mostrado como temibles depredadores de sillones: en el ayuntamiento de Granada han tenido el desparpajo de presidir, tener alcaldía y cogobierno, con cuatro concejales. ¡En un consistorio de 27 conejales! En Mijas, un gran municipio, han presidido o liderado gobierno con cinco concejales (de 25), durante la legislatura 2015-2019. Y suerte han tenido de que algunos de esos concejales eran personas de nivel. Menos mal que los de Ciudadanos no estaban en política por los sillones. Hacen lo contrario de lo que dicen. Todos los mantras con los que atrajeron votantes, pero al revés.

El PP debería aceptar solo en sus filas a las pocas personas con nivel y honradez que queden en Ciudadanos, es decir, muy pocos. Dar cargos y relevancia a personal tóxico proveniente de Cs solo contribuirá a aumentar la toxicidad en el propio PP.

P- El que pisa moqueta, no quiere volver a levantar una persiana. ¿Qué cree que puede ocurrir en Andalucía?

R- Lo de la persiana es suponer demasiado porque muchos apenas tienen experiencia laboral, ni un recorrido solvente en la empresa o en la administración. En muchos casos la alternativa no es moqueta o persiana, sino moqueta o paro, o moqueta y contrato precario con sueldo bajo. En realidad, la vida del político es bastante mala para quienes se la pueden ganar con otra cosa, con solvencia y estabilidad. Ese sinvivir del político lo soportan quienes tienen vocación de servicio y por supuesto es un chollo que disfrutan aquellos que no tienen donde caerse muertos. Claro, todos dirán que están ahí para servir al pueblo, pero es mentira en el ochenta por ciento de los casos, y en el veinte por ciento restante no está probado que sea verdad.

Linde fue portavoz de Ciudadanos en Torremolinos

P- Pero dejemos eso y vamos a la pregunta sobre Andalucía.

R- Ciudadanos tuvo en Andalucía la suerte de que las elecciones autonómicas les pillara justo en la cresta de la ola y sacaron un gran resultado. Nada menos que 21 diputados. Nada por mérito propio, puesto que el perfil de casi todos ellos es muy bajo. Todo era por la marca y por Rivera. Pues bien, poco después la marea de Ciudadanos bajaría y se estrellaría en todas las elecciones siguientes, pero en Andalucía había un buen botín. Ahora que Ciudadanos se despeña, el grupo parlamentario de Ciudadanos en Andalucía es como un contenedor sin amarrar en la panza de un buque mercante, en medio de una tempestad. Puede haber sorpresas, el conteiner puede salir por cualquier sitio.

¿Debería Moreno Bonilla seguir con unos socios de gobierno que han querido hacerle mociones de censura a su partido en otras comunidades autónomas desde dentro de sus gobiernos respectivos y que parecían muy dispuestos a encamarse con Podemos? Una cosa es que un partido bisagra y antinacionalista, de centro, pacte con socialdemócratas, liberales y conservadores y otra que opte por regalar gobiernos a un PSOE aliado actualmente con partidos comunistas, antisistema o nacionalistas. Lo primero es bien recibido por la ciudadanía porque en España ya estamos hartos de política de bloques, pero lo segundo es percibido como abandono de los principios y de los fines que dieron sentido a la existencia de Ciudadanos.

Adelantar elecciones en Andalucía tiene sus riesgos, pero aclarará el panorama. Entonces se vería que el electorado no ratificaría a Ciudadanos. Eso lo saben en Ciudadanos y están muy inquietos. Pueden salir por cualquier lado. ¿Por qué han necesitado PP y Cs reflejar por escrito una especie de pacto antitránsfugas hasta el final de la legislatura? Es una señal de desconfianza, de inseguridad. Quieren darse valor: Ciudadanos lo hace para asegurarse su continuidad hasta el fin de la legislatura y el PP quiere creerse que así estabiliza el contenedor sin atar en la bodega del barco. ¿Ganas de dar estabilidad a Andalucía o miedo a perder el poder? Que cada uno se responda.

«Dar cargos y relevancia a personal tóxico proveniente de Cs solo contribuirá a aumentar la toxicidad en el propio PP»

P- ¿En Málaga habrá ‘desbandá’?

R- Como siempre que me preguntan por el futuro contesto lo mismo: no tenemos impresiones de hechos futuros. Pero puedo hablar de lo que ha habido. La pequeña historia de ciudadanos en Málaga ha sido tristísima. Tenían uno de los graneros de votos más importantes de España, con un perfil de votante cosmopolita, urbano, abierto. Y se lo han cargado: primero fue la ola de Juan Cassá, que metió en listas a cuantos ineptos pudo para luego controlarlos mejor, y después la del diputado nacional Guillermo Díaz y la de los diputados del Parlamento Andaluz. Han segado la hierba alrededor para que nadie les hiciera sombra.

Pero el electorado de Málaga ya mira en otra dirección. Los cargos públicos de Ciudadanos en Málaga, aventadores del poder, ya están olfateando y mirando dónde podrían colocarse.

 

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