Foto: @amandawattphotography

Acuarela de Blanca Álvarez

Sutil, colorista y fragante

La sevillana de nacimiento y malagueña de adopción Blanca Álvarez nos ofrece una muestra de su obra estos días en la galería de arte Benedito.

La acuarelista sintió la llamada de los pinceles desde muy temprana edad. A los 16 años fue cuando comenzó a tomar clases con el acuarelista e ilustrador Miguel Linares, permaneciendo como alumna durante cinco años.

De esta etapa, según palabras de Blanca, recuerda haber aprendido «la base de la técnica en su pura esencia” pero nunca condicionada por un estilo definido. De hecho, comenta que en las exposiciones que el profesor Linares realizaba con los trabajos de los alumnos se podía apreciar que cada acuarela tenía un estilo diferente.

La obra de Blanca Álvarez se caracteriza por una gran sutileza y elegancia, cualidades ambas que van ligadas a su forma de ser: persona discreta y elegante. El propósito perseguido en esta selección es ‘decir más con menos’

Antiguo invernadero
Hydrangea

La acuarelista viene respaldada por una gran carrera profesional. Ha impartido clases y cursos en diversas escuelas de arte fuera de nuestra frontera, como Bélgica, Rusia, Francia y Portugal. Asimismo, su obra ha visitado varios países como Francia, Italia, Rusia, Bélgica, Taiwán

Giverny

La presente exposición se empezó a gestar, según nos cuenta la acuarelista, en pleno confinamiento. En esos momentos tan difíciles donde el disfrute de los exteriores era un tema prohibido por las circunstancias de la pandemia, ella comenzó a idear el libro ilustrado con obras que se contemplan en la exposición. Este libro artístico en días próximos verá la luz. En él podremos encontrar ilustraciones, textos y poemas propios, así como los de su tío Alfonso Sánchez, profesor de Literatura.

En la exposición que podemos visitar en estos días, Blanca representa elementos de la naturaleza como el agua de una forma que me atrevería a calificar como mágica.

Podemos ver este medio representado a través de los diferentes rincones exquisitamente escogidos. En todos ellos, la acuarelista adapta la impronta prodigiosa justa y oportuna para que genere sensaciones distintas en cada espectador que contempla la obra.

Carmen de Granada
Patio de la acequia

El deseo de la artista ha sido representar lugares idílicos que propicien los deseos de soñar y perderse en ellos. En este sentido, cabe señalar que la obra activa el sentido del olfato, tanto por su obra como por el escenario donde se encuentran la misma. La galería se ha convertido en un jardín que desprende un acogedor aroma floral y vegetal, que hace tremendamente agradable abrazar la obra a través de varios sentidos.

Foto de la galería
Foto de la galería

Blanca Álvarez, muestra sutil, colorista y fragante. Obra que no debemos dejar de visitar en estos días y soñar con ella.

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