Casa de los horrores en Málaga: «Escuchaba voces, no era yo»

La mujer que asesinó a golpes a su padre relata los detalles de un crimen en el que intentó acabar con la vida de cinco personas

Culpable. Esa fue la decisión unánime del jurado popular. De nada sirvieron los testimonios y argumentos de la acusada. La Fiscalía pedía 57 años de cárcel.

Escuchaba voces que me obligaban a hacer daño. Estoy muy arrepentida. Pero no era yo.

Mujer acusada de asesinar a su padre

La mujer, según la investigación, intentó perpetrar una masacre en la casa de sus padres. Le acompañaban además tres sobrinos a los que intentó también asesinar con el gas de una bombona de butano.

Parecía un día normal. Estaban todos en la casa cuando la acusada se dirigó al cuarto de su padre y le propinó varios golpes en la cabeza que le causaron la muerte. No quedó claro en el juicio el motivo de la brutal agresión. La asesina lo achaca a problemas mentales.

El caso es que los golpes a su padre «somnoliento», según la acusación, le provocaron la muerte de forma casi instantánea. Estaba viendo la televisión y su hija le afectó la médula espinal. Murió por parada cardiorespiratoria mientras ella le pateaba la cabeza.

Cuchilladas a la madre

Luego acudió a la cocina, agarró un cuchillo y se lo clavó a su madre por la espalda. Luego, según quedó relatado de forma explícita en el juicio, le golpeó la cabeza varias veces con un rodillo de madera de los que se utilizan para amasar.

El macabro plan no acabó ahí. Con su madre inconsciente en el suelo, acercó una bombona de butano al cuarto en el que dormían los tres sobrinos para acabar con sus vidas. Así al menos lo entendió el jurado tras la exposición de la fiscalía. La mujer cortó la manguera para provocar una fuga de gas en el dormitorio.

Intentó matar a tres sobrinos

Cuando la asesina salió de la casa estaba convencida de haber asesinado a su padre (a golpes), a su madre ( acuchillada) y a sus tres sobrinos menores de edad (intoxicados).

La fortuna quiso que uno de los sobrinos se despertara por el fuerte olor a gas, alertara a su abuela y todos pudieran abandonar la casa de los horrores.

La acusada explicó en el juicio que estaba muy arrepentida. «Quería mucho a mis padres».

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