La difícil decisión de jubilarse

Cobrar sin trabajar o tener más tiempo libre entre sus principales ventajas, aislamiento y reducción de ingresos los mayores inconvenientes

La identidad personal se construye en gran medida por el trabajo que desempeñamos. Por eso la jubilación supone un aumento de la ansiedad: hay incertidumbre sobre cómo será la vida sin tener que afrontar horarios y obligaciones, sin relacionarse con los compañeros, sin el mismo estatus social y, probablemente, con peor poder adquisitivo. En el mundo desarrollado, se toman los 65 años como indicador de retiro, pero eso no tiene por qué ser siempre así.

Asociar jubilación con ancianidad lleva a la sociedad a perder un recurso muy valioso de personas cualificadas y con amplia experiencia que podrían continuar aportando mucho en campos como la docencia, la investigación, la creatividad o los programas de mentoring de nuevos trabajadores.

La Seguridad Social ofrece la posibilidad de mejorar la pensión en un 4 % por cada año que se continúe trabajando o bien cobrar de golpe esa cantidad al jubilarse. También es factible cotizar un año más para luego pasar a percibir el 50 % de la pensión y seguir trabajando en el sector privado a tiempo completo o parcial, por cuenta ajena o propia y sea cual sea la retribución percibida.

VENTAJAS

  • Cobrar sin trabajar
  • Descuentos
  • Más tiempo libre
  • Posibilidad de dedicarse a las aficiones
  • Vida familiar para bien
  • Elegir dónde vivir
  • Viajar en cualquier época del año
  • Salud y bienestar

INCONVENIENTES

  • Disminución de los ingresos
  • Aislamiento
  • Pérdida del estatus social
  • Demasiado tiempo libre
  • Vida familiar para mal
  • Peor salud

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