La nueva vida de Julieta

Un chimpancé hembra que en los años 70 recorría las playas de la Costa del Sol como una atracción ambulante con la que los turistas de la época podían hacerse fotos.

Tras crecer, su propietario de entonces dejó de exponerla por la imposibilidad de manejarla y la encerró en una jaula durante más de diez años.

A finales de los 90, el Seprona la identificó y procedió a su incautación, ofreciéndole a Bioparc Fuengirola la posibilidad de asumir su cuidado.

Durante todos esos años, Julieta sufrió maltratos tanto psíquicos como físicos y el único contacto que mantenía era con su propietario. Desconocía la existencia de otros individuos de su especie.

Ahora, más de 20 años después, Julieta es feliz. Forma parte de un grupo familiar de chimpancés y está rodeada de cuidadores que garantizan su bienestar. Los visitantes pueden identificarla porque es la única de su grupo que busca interacción con ellos lanzándoles besos y abrazos.

La historia de Julieta es una de las muchas que se han repetido con esta especie de primate, los cuales han sido víctimas del comercio ilegal, maltratos o protagonistas de espectáculos circenses o ambulantes en los que eran explotados y vivían en pésimas condiciones.

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