Te preguntarás: ¿qué es esta palabra?.
La palabra proviene de las lenguas zulú y xhosa. Es un concepto ancestral africano tradicional.
Es la palabra escogida para definir el cuidado de una comunidad justa.
Las palabras, son, como crear un cuadro. Cada color lo define. Y Ubuntu define claramente como debemos ser en sociedad.
En la vida, llegamos a relacionarnos con muchas personas. Al igual que con las ciudades o países que vamos conociendo, no todas nos acogen o nos enriquecen.
Sin embargo, rara vez se da la conjunción y alineación para que suceda así. Cuando esto ocurre, es probable que no lo sepamos reconocer al instante. En ese caso, es el tiempo vivido en ellas o, con ellas, el qué dirá, si fue así o no.
Hemos pasado años yendo y viniendo junto a otros seres. A veces reconocidos, otros heridos, pero sin dejarnos vencer. Al acabar nuestra batalla, tan solo queda el resultado de ella. Y ahí, descubrimos que el día que nos alinearon, solo nos vimos, pero hoy, nos podemos reconocer.
Si lo que vemos o reconocemos, nos altera o trastorna, es señal inequívoca de haber descuidado, desatendido nuestro mundo. El de todos.
Cuántas cosas, y todas se simplifican en esta palabra extraña ‘Ubuntu’.
Cuando una persona sabe que pertenece a una gran totalidad, cuando tiene la creencia de que el bien común es el bien propio, cuando habla del amor y ayuda hacia el prójimo, cuando abre su hogar al mundo y entiende que el mundo le abre su hogar a ella,
Cuando convive con su pequeña tribu, y a pesar de ser numerosa, nunca termina de identificar de quién habla. Porque tiene la gracilidad de transmitir las ideas tan armónicamente, que da la sensación de que todos son uno solo. Cuando sabe seguir encontrándose en su camino con sus amigos y enemigos y tiene la capacidad de no distinguir quién es quién.
Eso, es ser Ubuntu.
