Un domingo tranquilo

Ahora que soy padre a tiempo parcial, por cosas de la custodia, me encuentro con un mes de agosto libre en todos sus fines de semana. Este primero lo llené de compromisos por aquello de no estar demasiado tiempo a solas conmigo, creyendo que aguantaría, pero no fué así y al tercer día descansé. El domingo: un clásico. Sofá, pizza, cerveza, y lo más fácil y absurdo que la tele me podía ofrecer, ni tan mal.

Me había propuesto no complicar mi existencia y vivir a lo ‘Homer’ todo el día, y así fué. Y no me sentí mal por ello, ni pienso que el día no fuese productivo.

Tener tiempo para perderlo es bueno, parar y bajarse del ritmo infernal que llevamos en el día a día, incluso en vacaciones, no es malo .

Creo que reencontranos con nosotros mismos y pararse a pensar o entretener y desconectar nuestra cabeza es un bien necesario, algo que nos pertenece. Es nuestro tiempo y podemos decidir qué hacer o no con él.
Yo seguro que repito. Fue un domingo tranquilo, un día perfecto.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

0 £0.00