El Juzgado de lo Penal número 3 de Madrid ha condenado al tuitero Camilo de Ory por un delito contra la integridad moral en relación con los mensajes ofensivos publicados en una red social durante el rescate de Julen, el niño de dos años y medio encontrado sin vida en el pozo de Totalán, en el que cayó precisamente hace ahora cuatro años, el 13 de enero de 2019. Se le impone una pena de 18 meses de cárcel.
Esta causa se inició a raíz de la denuncia presentada por la abogada de los padres del pequeño, Antonia Barba, por comentarios supuestamente degradantes por parte del procesado, por lo que se trataba de determinar si en la divulgación de esos tuit existió un delito. El acusado se defendió diciendo que los tuits «tenían el objeto de sátira que inspira su obra».
Según la sentencia, «esos actos incrementaron el dolor por padecimiento psíquico de los afectados», que ellos mismos expresaron en el juicio, y el acusado actuó de forma voluntaria y consciente, haciendo «sorna de una realidad indudablemente dramática para cualquier ser humano».
Además de la pena de prisión, al acusado se le impone el pago de 6.000 euros como indemnización a los padres del pequeño. La sentencia no es firme y puede ser recurrida en apelación ante la Audiencia de Madrid.
