La degeneración naranja

Luis Salvador y Toni Cantó, ejemplos de un partido a la deriva

La parte más sana de las reivindicaciones del 15-M de 2011 fueron las relativas a la regeneración de la ‘cosa política’: limitación de mandatos, separación real de poderes, reforma de la Ley Electoral, abolición de sueldos vitalicios para los políticos, cierre de puertas giratorias, obligatoriedad por la Ley Electoral de presentar listas libres de imputados y condenados por corrupción, total transparencia de las cuentas y de la financiación de los partidos políticos…

En realidad esta bocanada de aire fresco había entrado en el Congreso tres años antes con la irrupción de UPyD, aunque su escasa conexión con la ‘calle activa’ dejó bastante invisible esta faceta de los de Rosa Díez, más conocidos por su oposición al nacionalismo.

Algunos (muchos en aquel entonces) creímos que a partir de 2014 el relevo de UPYD sería Ciudadanos. Además por sus dos patas: regeneración política y partido bisagra que pudiera pactar con PSOE y PP para que estos no dependieran de los nacionalistas.

Albert Rivera, invitado a La Sexta Noche

Pero Ciudadanos ha resultado ser un gran fiasco en ambas vertientes, sobre todo en la de la regeneración. A toro pasado podríamos ver que ya en las europeas de 2009 eso de ir de la mano de la derecha retrógrada de Libertas era un claro síntoma de las tragaderas de Albert Rivera. Aquello supuso una gran crisis que se saldó con la marcha de Cs de los dos diputados que le acompañaban en el Parlament. Pudo ser la sepultura de Rivera y del partido. Pero después llegaron tiempos de muy buenos resultados electorales (mayo de 2014 a abril de 2019).

La crisis electoral de noviembre de 2019 que ¿acabó? con la carrera política de Rivera es de sobra conocida y no voy a entrar a ello. Sobre la gran crisis provocada por su sucesora Inés Arrimadas con las mociones de censura de Murcia (Región y Alcaldía) y el efecto dominó con el adelanto electoral de Madrid donde los naranjas desaparecieron del tablero también se ha escrito mucho.

Pero en esta semana hemos sido espectadores de dos hechos que muestran que Ciudadanos es una escombrera política: los casos Toni Cantó y Luis Salvador.

A Toni Cantó, el que denunciaba la existencia de chiringuitos, se le crea un chiringuito a la medida con él como único trabajador»

Toni Cantó, con Isabel Díaz Ayuso de fondo

A Toni Cantó, el que denunciaba la existencia de chiringuitos, le crea la incuestionable (para la derecha, claro) Isabel Díaz Ayuso un chiringuito a la medida: la Oficina de Protección del Español. En realidad debería llamarse la Oficina de Protección de un Español, o sea, el propio Cantó. Quien me siga sabrá que soy muy crítico con la llamada inmersión lingüística (que no solo se da en Cataluña), pero proteger al español en Madrid… que no, que no cuela. Y dígase también de paso que la nueva lideresa de la derecha arranca con lo más ruín de un líder político, que es el crear chiringuitos, una forma amparada legalmente de corrupción política, usar dinero público para fines que no son públicos.

Lo que me deja perplejo es con la cara que Toni Cantó salió lloriqueando cuando dimitió de parlamentario valenciano, contando que tendría que ver con su agente en qué obra teatral podría participar. Para teatro el suyo, no necesita agente. Todos sabíamos que acabaría en el PP.

Toni Cantó, entre lágrimas, cuando se marcha de Valencia

Por si fuera poco, se empadrona a toda velocidad en Madrid para ver si cuela. Menos mal que la separación de poderes, que defendía Cantó por lo menos en el partido magenta, le impidió ir en las listas.

Después de eso no se ruborizaba saliendo a la calle, siempre como escudero de Ayuso, besando el suelo por donde pisaba para poder ganarse después de las elecciones un chiringuito de altura.

Muchos esperábamos que le nombraran director de Cultura o algo similar. Pero a Ayuso le estorba Cantó. Su presencia es una imposición de Teodoro García Egea en esa opa hostil que dirige junto a Fran Hervías (otro ex naranja que se ha convertido en enemigo de los naranjas) para quedarse como único partido en el centro-derecha.

Teodoro García Egea

El actor tiene la desfachatez de decir que lo que le han montado (porque es nuevo, se lo han montado) no es un chiringuito porque es una oficina donde solo está él. Justo eso era lo que UPyD criticaba de Santiago Abascal, que fue nombrado director de la Fundación para el Mecenazgo y Patrocinio Social, otro chiringuito donde además de él había otro trabajador más. Igual Cantó, como ha estado por tantos partidos, ya no recuerda que sus compañeros en la Comunidad de Madrid criticaban eso del ahora líder de Vox.

Y como decía, esta semana se ha fraguado lo que se veía venir de un tiempo para acá. Tiempo corto, porque la verdad es que la política está excesivamente cambiante. Luis Salvador intentó agarrarse al cargo de alcalde de Granada con el único apoyo uso y el de un concejal de Ciudadanos (de cuatro que consiguieron en 2019).

Luis Salvador

Y lo hace matando. Ahora nadie sabía en Ciudadanos si el pacto con el PP era un 2+2, pero recuerdo que en la investidura era lo que se comentaba en la prensa y nadie de Ciudadanos lo desmentía.

Luis Salvador se ha empeñado en decir que ese 2+2 eran imaginaciones del PP y que él no se iba. Cuando no le ha quedado más remedio que dimitir lo ha hecho apoyando al PSOE, y además a un candidato imputado.

Ciudadanos ya solo es una agencia de colocación exprés en PP y PSOE»

El resultado es que Ciudadanos ya está tramitando su expulsión del partido, junto a su compañero de viaje. ¿Pero qué es ya Ciudadanos más allá de una agencia de colocación exprés donde la mayoría busca cobijo en el PP y algunos en el PSOE?

Esta circunstancia es la que disipa que en Málaga pueda darse algo similar. Aquí los naranjas mayoritariamente buscan su reacomodo en el PP y por eso la moción de censura está descartada con el apoyo de Cs a la izquierda. La otra posibilidad, la del tránsfuga Cassá también está anulada porque estar amarrado económicamente . No solo él si no que además tiene a dos asesores pagados. No recuerdo tantas prebendas cuando al edil abandonó Málaga Ahora en el consistorio malagueño, ni hacia el que me sustituyó en Diputación cuando yo dimití, que ya por entonces era un edil no adscrito del Rincón de la Victoria.

La desbandada naranja es tan grande que en el PP de Málaga ya preocupa a los que ocupan puestos medios»

Hasta hace pocos meses se les situaba a medio plazo en el PP tanto a Juan Marín como a Luis Salvador. El de Granada ha roto esa posibilidad. Volver al PSOE del que salió rebotado parece poco probable. Pero está claro que algo habrá negociado.

Juan Marín, junto a Luis Salvador

En esta desbandada naranja todos quieren un sitio. Tanto, que en el PP ya preocupa a los que llevan toda la vida pero en puestos medios. El pastel no va a crecer lo suficiente para dar amparo a los populares ‘camisas viejas’ y a los advenedizos de Ciudadanos.

Gonzalo Sichar es doctor en Antropología y licenciado en Económicas. Delegado en Andalucía de HAC Global, Profesor de Antropología en la UNED y secretario general del Centro de Investigación de los totalitarismos y Movimientos Autoritarios (CITMA). Es autor de más de una decena de libros entre los que destaca la coautoría de ‘Las siglas de la democracia. Diccionario de organizaciones políticas españolas’.

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