¿Para qué necesita el PP a los de Cs?

El Verso Suelto

Hay visos de un intento de cargos naranjas de entrar en el PP

El runrún en política no debería tener mucha credibilidad desde el punto de vista del análisis político. Sin embargo, pasa como en el fútbol, que cuando hay rumores de que un jugador se marcha de un club, se suele ir, y además al equipo al que apuntaban los periodistas y el futbolista negaba.

Desde hace tiempo se oye que algunos cargos de Ciudadanos están negociando su pase al Partido Popular. Los desencuentros entre Juan Marín e Inés Arrimadas fortalecen en los mentideros la idea de que el patriarca del ‘clan de la manzanilla’ estuviera planeando ir en las listas ‘populares’, toda vez que no habrá una Andalucía Suma (coalición PP-Cs). Los malos presagios para la formación naranja de cara a las Andaluzas refuerzan esa idea de desembarco.

Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos

Al tránsfuga / no tránsfuga de Juan Cassá se le sitúa para 2023 en algún hueco de relleno en las listas ‘populares’ pero con posibilidades de salir, bien para el Ayuntamiento de Málaga o con algún premio de consolación en algún municipio menor.

A Noelia Losada se la conoce como la edil 15 o 16 del PP. Todavía arrastra en su equipo una mezcla del equipo de Cassá y del de Francisco de la Torre, y no se le conoce su propia impronta. Pero al menos es trabajadora y tiene un saber estar que les falta a muchos de sus compañeros de partido. Quizá sea la que tenga más fácil su salto de partido, porque además si no ha roto el gobierno municipal con el PP pese a que no apartan a Cassá ni le rebajan su sueldo, su marcha al partido azul no tendría por qué verse frenada si se le adelantase en afiliación el asturiano.

Y a ellos podrían acompañar más advenedizos, como el hombre ¿fuerte? de Marín en Málaga, Carlos Hernández White. O el antiguo militante de Nuevas Generaciones, Guillermo Díaz, que quienes le conocen de antiguo se ríen cuando adopta esa pose ‘progre’, por ejemplo, a favor de reivindicaciones LGTBIQ. Atrás quedaron sus comentarios despectivos hacia Barack Obama, y borrados de su Twitter en cuanto aspiró a ser una persona pública. Ahora trata de representar el ala más alejada de pactos con Vox —siguiendo el discurso dominante de la dirección nacional ‘liberal’—, además de considerarse el intelectual del partido en Málaga, algo que solo se puede permitir por aquello de en el país de los ciegos el tuerto es el rey.

Carlos Hernández White, diputado de Ciudadanos en el Parlamento de Andalucía

No olvidemos que entre los posibles saltadores de siglas podría encontrarse también la parlamentaria Teresa Pardo, que entre sus cualidades políticas destaca el saber estar siempre en el lugar y momentos precisos. De marinista pasó a renegar de él más veces que san Pedro cuando había rumores de que Luis Salvador podría presentarse en las primarias a candidato de la Junta de Andalucía —donde habría arrasado si el aparato no le hubiera impedido presentarse—, para volver a ser una marinista de pro. Ahora ya le he perdido la pista y no sé si estará en la órbita del vicepresidente andaluz o en la de Inés Arrimadas, con la que ya estuvo pegada cuando se coló en la foto en las elecciones catalanas de 2017 mientras Ciudadanos aún no había terminado la negociación del presupuesto de la Diputación de Málaga.

«¿Qué ganaría el PP incorporando a los naranjas que van saltando de su barco en pleno hundimiento?»

Es obvio que ahora el PP necesita llevarse bien con el partido con el que comparte algunos gobiernos, y que además es la única formación con la que parece que pueda llegar a acuerdos en el corto plazo después del distanciamiento entre Casado y Abascal tras esa moción de censura o pantomima de moción. Pero en el PP —sobre todo en Madrid— saben que Ciudadanos no es un socio leal, que el objetivo de Albert Rivera fue el sorpasso y que, no habiéndolo conseguido, la nueva aventura táctica —porque los bandazos de Cs no son estrategias sino prueba-error y además sin el debido análisis posterior— es probar una aproximación al PSOE. Y nada más y nada menos que con el PSOE de Pedro Sánchez —que es el único PSOE actual, todo sea dicho—.

Luis Salvador, alcalde de Granada

A partir de mayo de 2023, ¿de qué le puede servir al PP personajes tan desacreditados como Cassá? Además el ex portavoz municipal de Ciudadanos está enemistado con sus antiguos compañeros, en la izquierda saben que no es de fiar, y en la derecha tiene dos piedras en el zapato: para ganarse una portada llevó a Fiscalía a Teresa Porras y a Francisco Pomares (caso archivado casi ipso facto), y poco les agradaría tenerlo de ‘compañero’ de filas y mucho menos de corporación.

Con Juan Marín en una comida con más afiliados le dije que yo desconectaba de sus discursos porque comenzaba diciendo que en Ciudadanos estábamos los mejores, y eso era muy evidente que no era verdad. Si mentía en eso, por qué creerle el resto del discurso.

Lo que yo no sabía todavía en esa comida con Marín —aunque algo ya sospechaba— era que él mismo era uno de los mediocres del partido. Pero era la baza para que el aparato no se encontrara con un líder autonómico de talla como podría haber sido Luis Salvador. El resultado final ha sido peor para la ‘nomenklatura’, pues ahora tiene a un crecido vicepresidente autonómico que ya se permite ser díscolo —Andalucía es el gobierno más importante que ostenta Ciudadanos—, y que además ha tirado las perspectivas electorales por los suelos —con el indudable grado de culpa de las actuaciones a nivel nacional de sus compañeros— porque su sobreexposición pública evidencia más su falta de aptitudes gestoras. Un solo ejemplo que lo dice todo es la cantidad de altos cargos del gobierno andaluz que han dimitido o han sido cesados: abrumadora mayoría nombrados por Ciudadanos. Además también se ha evidenciado que los puestos institucionales nombrados por el partido de Arrimadas obedecen a luchas intestinas más que a capacidades gestoras, y donde el nepotismo ha sido también pieza fundamental como en el nombramiento de la mujer de Fran Hervías como adjunta al Defensor del Pueblo andaluz.

Guillermo Díaz es el diputado malagueño con menos actividad parlamentaria si exceptuamos al ministro Alberto Garzón. ¿Qué valor añadido podría aportar al PP? Pero quien ha pillado moqueta raras veces es capaz de abandonarla. Si no acaba en el PP —o mejor dicho, vuelve— su sitio podría estar en la Cánovas Fundación con los ‘populares’ más alejados de Elías Bendodo.

«El PP podría rematar a Ciudadanos con los fichajes estrella de Rivera y Villegas»

El PP —hablo de su interés, no del interés nacional— debe dejar que Cs se hunda del todo y así preocuparse solo de trabajarse la recuperación electoral por su derecha. Pues a un partido que nunca tuvo que mirar a su derecha se le nota que no está acostumbrado a tener que girar la cabeza a ambos lados de su espacio ideológico. Pero aun con un Cs liquidado, que no se obceque en la recuperación rápida por la derecha, pues el voto mayoritario está en el centro y al PSOE hoy en día no se le encuentra ahí. Ahora es más importante para el PP la liquidación de Cs que la pugna electoral con Vox, que podría venir en una fase posterior. Y en esa puntilla sí puede ser lógico que se dedique a hacer fichajes desestabilizadores como el de la ‘casi’ candidata a la presidencia de Cataluña —y por cierto, antigua independentista— Lorena Roldán. Y aún podría rematar a los que se dicen liberales con los fichajes estrella de Albert Rivera y Jose Manuel Villegas. Así el PP dejaría de ser el partido conservador y Cs el liberal para volver a ser los de Génova el partido liberal-conservador que fue siempre y corregir experimentos fallidos como el de las elecciones vascas.

Lorena Roldán se ha pasado a las filas del PP

Para las autonómicas del País Vasco yo anticipaba que la coalición PP+Cs —a la que ni supieron poner nombre— no sumaba por mucho que lo dijera su logotipo. Cs cedía una de sus máximas más honrosas, acabar con el cupo vasco, con lo que se podían ir votos hacia Vox; y a la vez se elegía de candidato a Carlos Iturgaiz, del ala más conservadora del PP, con lo que se perdían los votos progresistas. El resultado fue que PP+Cs < PP.

Esa fórmula parece que no se repetirá, al PP no le conviene, y Cs no quiere quedar como la pareja a la que le dan calabazas y tampoco se muestra públicamente proclive. Al PP le interesa el desplome total de Cs. Y llegado ese momento, ¿para qué rescatar a sus cargos? Dicen que las ratas son las primeras que abandonan el barco, así que ya se sabe el perfil de los primeros que se ofrecerán.

Gonzalo Sichar es doctor en Antropología y licenciado en Económicas. Delegado en Andalucía de HAC Global, secretario general del Centro de Investigaciones sobre los Totalitarismos y Movimientos Autoritarios (CITMA) y presidente de InnovaÉtica. Profesor de Antropología en la UNED, es autor de más de una decena de libros entre los que destaca ‘Las siglas de la democracia. Diccionario de organizaciones políticas españolas’

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