El 19-J solo hubo dos partidos que aumentaron sus diputados, los dos de la derecha. Mientras que para el PP supuso una victoria incuestionable, para Vox los dos parlamentarios de más cayeron como jarro de agua fría porque al alcanzar los de Juanma Moreno la mayoría absoluta, los de Macarena Olona —o más bien los de Santiago Abascal que teledirigieron la campaña— pasaron a ser irrelevantes.
Tan irrelevantes que Olona acabó saliendo por patas de Andalucía y restando aún más credibilidad a que su residencia estuviera fijada en Salobreña. Es cierto que se debió a causas de salud, pero si no hubiese sido por eso habría sido seguramente por otro motivo. Estaba claro que ella no iba a estar cuatro años de anodina ¿oposición? a un gobierno con mayoría absoluta.
¿Olona montará otro partido?. Eso solo debe preocupar a Vox»
Su intento de volver a la primera línea de Vox fue cortado en seco. Y empezó el culebrón político del verano. Su enfermedad le impedía estar en primera línea y con exposición pública, pero una vez sabido que los peores pronósticos de la enfermedad estaban descartados volvió a saltar al ruedo. Que si Camino de Santiago, que si periplos por Hispanoamérica para unir a los pueblos hermanos en una lucha contra el feminismo enarbolada por una mujer…
¿Montará otro partido?, nos preguntamos todos. Y digan lo que digan, si esto ocurriera solo es Vox quien debe preocuparse. El PP sigue disparado —60 escaños tendría en Andalucía si hoy fueran las elecciones, frente a los 58 tatuados en la muñeca del presidente— y un partido a su derecha no le frenará. La izquierda con la boca pequeña ve con simpatías el nacimiento de este partido porque cree que si la derecha de nuevo se parte en tres podrían disminuir la sangría que se les avecina.
Lo lógico sería que Vox y Olona compitiesen por estar pegaditos a la derecha del PP, pero Vox quiere estar a la derecha de Olona y ella la derecha de Vox»
Y aunque lo lógico sería que Vox y Olona compitiesen por estar pegaditos a la derecha del PP, el éxito de la ultraderecha en Suecia pero sobre todo en Italia, les empuja a emularse con los considerados postfascistas. Es decir, que Vox quiere estar a la derecha de Olona y ella a la derecha de Vox. Los guiños de Macarena a una línea más social, no busca una transversalidad más moderada, sino inclinarse hacia posturas más cercanas al falangismo que a la derecha radical en la que yo situaría a Vox. Curioso que sus peores enemigos en Vox —Ortega Smith y Jorge Buxadé— estén en la facción más cercana a posturas al estilo de la antigua Fuerza Nueva.
Pero Olona no sé si ha empezado con mal pie, o no tiene claro dónde colocar el pie. ¿Por qué inaugurar una flamante sede en Panamá, justo en el país donde su padre hizo dinero —parece ser que proveniente de Jordi Pujol— aprovechando que era un paraíso fiscal? Dice que ha renunciado a la herencia de su padre, pero esa insistencia en asentar ‘algo’ en Panamá provoca muchos interrogantes sobre si realmente ha renunciado a la herencia o si lo que ocurre es que está maquinando cómo recuperar un dinero que pudiera estar escondido en lo que fue un paraíso fiscal.
Pero hoy ha venido a Málaga. La expectación que levantó es grande. Hay quienes fueron pensando que por fin rebelaría cómo será su nuevo partido. Pero probablemente ese anuncio se lo reserva para su acto en Madrid.
En Málaga ya hay más exvoxistas que voxistas»
Oficialmente vino este viernes a hablar de la inconstitucionalidad del estado de alarma. Tema que seguro a la mayoría de los asistentes poco les importase a estas alturas. Y menos en Málaga, donde las luchas intestinas en Vox han sido muy destructivas y donde hay ya probablemente más exvoxistas que voxistas.
Y de los que quedan no son pocos los que siguen sintiendo veneración por Olona. Incluso que quieren ver si hay más posibilidades de entrar en las instituciones que en un Vox que no consiguió entrar en al ayuntamiento de Málaga porque carecía de buen candidato. Como, al menos de momento, por ahora.
No hay peor día para celebrar un tostón de reunión con diputados de Vox que en el viernes anterior a un macropuente. Solo hay una razón: que Olona viene a Málaga y pasarán lista»
Y por eso a Vox no se les ocurrió mejor día para celebrar una reunión informativa con los afiliados sobre el trabajo de sus congresistas que la víspera del 89 aniversario de la fundación de Falange Española y coincidiendo con el 40 aniversario de la victoria socialista. Porque aparte de esas efemérides, no hay peor día para celebrar un tostón de reunión que en el viernes anterior a un macropuente.
Solo hay una razón para elegir tan pésima fecha: que Olona viene a Málaga, y quieren ver quiénes prefieren escuchar a Macarena Olona antes que a Patricia Rueda. Ah, y por supuesto, se pasa lista. Que lo sepan…
Gonzalo Sichar es doctor en Antropología y licenciado en Económicas. Profesor de Antropología en la UNED. Es autor de más de una decena de libros y coautor de otros tantos, entre ellos ‘Las siglas de la democracia’
